Van 5.8 billones de pesos para aplicar la Cuarta Transformación
Fueron días de desvelos, pero por fin el economista Carlos Urzúa entregó el documento clave para entender cómo funcionará la cuarta transformación desde el lado financiero. En el primer gobierno de izquierda en la historia de México se esperaba un plan de distribución de recursos muy distinto al entregado por los anteriores presidentes de la nación. La meta se cumplió en parte, después de tener que enfrentar la crisis económica que deja el gobierno anterior y una megadeuda más de 10 billones de pesos.
El Presupuesto 2019 que ha presentado el gobierno de López Obrador trae las necesidades de las clases bajas al frente. El proyecto está enfocado en atender problemas sociales antes que en reformas estructurales de índole empresarial, la conocida narrativa del peñismo. Ahora, los morenistas quieren atender las pensiones a adultos mayores, dar trabajo a jóvenes sin estudios, garantizar medicinas y atención médica, además de generar un tren turístico que atraviese varias comunidades indígenas.
El monto total que usará el nuevo gobierno mexicano es de 5.8 billones de pesos. De esta cifra, buena parte de los recursos irán a programas sociales y otros más a la gran obra sureña del obradorismo. El tren maya, que ha sido apoyado mediante referéndum, se llevará 6,000 millones de pesos para arrancar en las próximas semanas su primera fase. La obra férrea atravesará el sur del país y aún no hay estudios concretos sobre el impacto ambiental, aún así se iniciará de inmediato.
Las secretarías más beneficiadas en esta cuarta transformación, el nombre con el que López Obrador llama a su administración, serán las del trabajo, la de energía, defensa, educación, turismo y bienestar. Y es que muchas de sus promesas de campaña apuntan a la creación de nuevas refinerías, las becas y pensiones, además de la cancelación de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y Aurelio Nuño, un proyecto trunco que enfureció a los sindicatos magisteriales.
Las cifras
Los ingresos para generar estos 5.8 billones vendrían de diversas fuentes. Del gobierno federal se estiman 3,928 billones de pesos; de los organismos y empresas se esperan 1,345 billones y del financiamiento público un total de 539,871 millones de pesos. Para el gasto en servicios se promedia un 71% del total y el resto pretende ser usado para gastos no programables (imprevistos) como pagos pendientes, recursos transferidos a entidades federativas y gastos de la deuda pública. Repetimos que el país debe más de 10 billones de pesos, una quinta parte del presupuesto 2019.
Los casos más interesantes son los presupuestos comparados. En el 2018, Enrique Peña dio más dinero (39,031 millones) al medio ambiente, en esta ocasión López Obrador les asigna solamente 26,520 millones. También hay disminución del 7.6% para la cultura en México. Las más afectadas por los recortes son la Comisión Reguladora de Energía, la comisión de hidrocarburos, la función pública, agricultura, cultura y hacienda.
También se registran fuertes recortes al presupuesto del INE y el tribunal electoral. Ambos órganos encargados de las elecciones en el país tendrán 35% menos de presupuesto. Esto contrasta con el aeropuerto de Santa Lucia, que tendrá 15 mil millones para su desarrollo.
La Suprema Corta, con toda la polémica que reúne, apenas mantiene un recorte de 18% del presupuesto, comparado con 2018. En cambio, el Inegi recibirá un 56% más de recursos, llegando a 12,629 millones para su operación en este año (lo que apunta a un gobierno de estadísticas constantes).
El IMSS, ISSSTE, Pemex y la CFE tendrán mucho más recursos. 464 mil millones para la petrolera nacional, 434 mil millones para la comisión eléctrica, 746 mil millones para el Seguro Social y 323 mil millones para el seguro social de trabajadores del estado. En el caso del SAT, se tendrá que presionar a los mexicanos para que paguen sus impuestos, ya que no se podrá generar ganancias si no se aumenta en un 11% la recaudación.