Nuevo caos con becas de Amlo: jóvenes firman, no van y cobran los 3,600
Se trata de uno de los programas insignia del gobierno morenista. De repente, la idea era alejar a los jóvenes mexicanos de las pezuñas del narcotráfico con una beca mensual y un programa de capacitación laboral. La intención se llenó rápidamente de interesados que serían adiestrados en diversas empresas, mientras se les entregaba un apoyo económico en lo que terminaban su entrenamiento y empezaban a formar parte del mundo laboral.
Ahora se sabe que el proyecto no ha avanzado del todo bien.
En principio se dio a conocer que varias empresas solicitaban a los jóvenes no ir a la capacitación a cambio de 600 pesos de sus becas. Con un apoyo mensual de 3,600 pesos, algunas empresas participantes empezaron a querer implementar prácticas de corrupción.
Ahora surge otro tipo de rompimiento en la cadena de sucesos para acceder a la beca: muchos jóvenes están dejando de asistir a las capacitaciones, teniendo en cuenta que no pueden ser dados de baja y aún así recibirán el primer pago. Esto ha sido reportado ya en varios casos, en donde el programa mismo no permitía dar de baja a los ausentes y les brindaba tanto la beca mensual como el seguro social.
Presión a Alcalde
Luisa María Alcalde, la gran promotora del proyecto, ha accedido a que se pueda dar de baja en el sistema a los becarios ausentes de inmediato. Con esto, las empresas pueden rápidamente firmar a otros interesados y así evitar que se les genere un pago a personas que no están cumpliendo con los requisitos.
Con esto, Morena se enfrenta a otra gran realidad mexicana: existe una apatía en ciertos sectores para participar en programas sociales que requieran de un mínimo esfuerzo.
El gobierno obradorista reservó 40,000 millones de pesos tan solo para este programa de becas. La intención del presidente es la de crear un trabajador en donde podría haber un ladrón o un sicario. Varias empresas levantaron la mano para participar, desde titanes como Grupo Bimbo o La Costeña, hasta empresas más pequeñas. El gran problema, aseguran bastantes becarios, es que la ayuda llega a las comunidades más golpeadas, ubicadas a kilómetros de distancia de las plantas de trabajo.
Otro gran problema
Hay más de 344,000 jóvenes mexicanos inscritos en el padrón, pero no todo está saliendo como esperaban. En ciertas empresas no se están presentando los becarios anotados y ni siquiera se sabe si han faltado por alguna causa externa o simplemente ya no quieren formar parte de este programa social del gobierno morenista. Todo esto deja a las empresas con sillas vacías y a las cuentas bancarias con pagos a personas que no cumplen.
Una de las grandes quejas de los tutores es que ellos no controlan quién puede o no acceder a sus talleres.
Las empresas realmente no saben nada de los becarios hasta que se aparecen a las capacitaciones. Esto los deja en desventaja, asegura una capacitadora, debido a que no se sabe qué habilidades tiene cada uno de ellos para preparar un plan de acción en la empresa. Recordemos que el presidente exigió a Alcalde meter acelerador en este proyecto para que fuera una de las primeras promesas de campaña que se cumplieron en menos de tres meses. La celeridad para lograrlo está dejando ver varios problemas.
Otro gran problema es que muchos interesados solamente se presentan para cobrar la beca. Algunos capacitadores aseguran que no hay voluntad por parte de los becarios y que se pierde desde el inicio el objetivo del programa que es acercar un empleo a jóvenes que no lograban conseguirlo. Con un pago de 3,600 pesos al mes por algunas horas al día de capacitación, la apuesta de algunos es hacer acto de presencia solamente para recibir la transferencia.
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