El nieto de una mexicana quiere ser presidente de Estados Unidos
Se acercan las fechas críticas para Donald Trump. Para 2020 se vienen las elecciones en donde puede repetir mandato por cuatro años o ser desplazado por alguna opción demócrata. El elefante rojo no piensa ceder su puesto, hundido en escándalos, y ahora se ha esforzado por centrar su promoción política en el muro fronterizo con México. Para los republicanos esta oferta desgastada ya no atrae como antes.
Ahora, un descendiente de mexicanos quiere llegar a la Casa Blanca en 2020, disputando cara a cara la presidencial con Donald Trump. Julian Castro es prácticamente todo lo que el partido republicano repudia. Se trata del nieto de una migrante mexicana en Estados Unidos; un hombre que ha logrado salir adelante con el esfuerzo de sus padres y que obtuvo, gracias a becas y apoyos, estudios de excelencia en Stanford.
Castro no es un ajeno a la política estadounidense. El nieto de mexicanos trabajó como secretario de vivienda durante la era de Barack Obama en el poder yanqui. Con una ideología completamente distinta a la del ahora presidente de Estados Unidos, este demócrata busca una agenda de apertura con la situación migrante en su país. Nacido en San Antonio, Texas, Castro representa poco del pensamiento conservador del estado sureño que recibe miles de migrantes mexicanos y centroamericanos por año.
Pero no es el único. Julian Castro tendrá que competir con figuras de peso dentro del partido de Kennedy. Los demócratas ya están analizando sus mejores perfiles para darle una gran batalla a Donald Trump en las elecciones que se vienen. Entre los favoritos a la candidatura presidencial demócrata están el veterano Bernie Sanders (uno de los rostros más populares de la escasa izquierda en Estados Unidos), además de Elizabeth Warren, quien entró de lleno en la contienda presidencial para 2020.
Recordemos que en Estados Unidos es una costumbre el acumular perfiles antes de la elecciones internas. El partido demócrata necesita tumbar la base sólida de simpatizantes de Donald Trump que lo llevaron al poder y que aún lo respaldan. Fue la américa profunda la que puso al magnate xenófobo en la presidencial, es decir, los obreros y clases bajas rurales blancas. Es justo ahí en donde los demócratas quieren ir ganando espacios para poder retirar a Trump de la silla presidencial.
La presión es cada vez más grande. Empecinado con construir un muro, ahora una valla metálica, Donald Trump ha apostado todo por su aporofobia para conquistar de nuevo a los votantes yanquis. Acostumbrado a la polémica y las visiones más extremistas de la política conservadora, el magnate quiere cuatro años más en el poder gracias a una serie de consignas proteccionistas y cargadas de nacionalismo peligroso. Su cierre de gobierno mantiene sin salarios a miles de trabajadores y parece que no soltará las riendas hasta que le aprueben el muro.
Castro promete acabar con esta ideología de lleno en la Casa Blanca. El demócrata sabe que los antitrumpistas son cada vez más y ha anunciado su interés por liderar el gobierno yanqui en dos discursos: uno en inglés y otro en español. “Cuando mi abuela llegó aquí hace casi cien años, estoy seguro de que jamás habría imaginado que solo dos generaciones después, uno de sus nietos sería miembro del Congreso de Estados Unidos y el otro estaría aquí delante de ustedes diciendo estas palabras», dijo.
Con esto, Castro se muestra como el perfil con más empuje dentro de la agenda latina en Estados Unidos. El hombre delgado de peinado perfecto asegura que no es posible continuar con un gobierno con las características de Trump. Para conciliar, Castro ofrece una administración mucho más abierta, como la de Barack Obama, su gran ejemplo cuando fue su jefe hace algunos años.