Van 119,000 millones a programas sociales sin reglas de operación
La administración de López Obrador se ha mostrado apurada para cumplir las promesas de campaña. El tabasqueño ha afirmado en distintas conferencias que tendrán que meter a fondo el acelerador para levantar al país en solo seis años. La tirada del gobierno morenista es cumplir doce años de trabajo en seis, aunque esto desgaste a sus protagonistas o genere prácticas cuestionables para aplicar los programas sociales.
Lo último: la celeridad para aplicar programas claves del obradorismo ha hecho que el gobierno federal entregue 119,500 millones de pesos a programas que no cuentan con reglas de operación. Esto deja ver una desesperación por empezar a entregar becas o doblar pensiones, pero también un hueco de opacidad que permeó durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto. Emular estos sistemas sin reglas de operación es una gran ventana, de vidrios opacos, para actividades irregulares.
Dos grandes promesas de campaña como las becas a jóvenes sin empleo o la siembra masiva de árboles tendrán recursos a pesar de no contar con reglas de operación. Pero no solo eso, también carecen de metodología, manuales de aplicación y no hay un padrón definido de quiénes serán los beneficiarios de este presupuesto multimillonario. El gobierno federal asegura que para evitar saqueos se entregará el apoyo directamente a los beneficiados, pero no se sabe tampoco quiénes recibirán las transferencias.
Son al menos once programas federales que contarán con recursos a pesar de no tener documentación sólida para rastrear la entrega de recursos. Esta práctica ya se ha visto en el país, sobretodo en las secretarías sociales a cargo de Rosario Robles, la priista más hundida en escándalos de corrupción del sexenio pasado. Además, una parte de los 119,500 millones se usarán para crear cien universidades sin más información al respecto (ni siquiera se sabe realmente en dónde estarán ubicadas).
El gobierno obradorista se defiende al anunciar que no tendrán reglas de operación pero sí lineamientos fijos para ubicar los recursos y evitar saqueos o fugas de capital. La tendencia a no permitir actos de corrupción en el nuevo gobierno debería de haber redactado muy bien el trayecto de estos apoyos, pero sin reglas claras de operación surgen dudas inmediatas. Otra de las grandes críticas es que el nuevo gobierno ha entregado varios contratos por licitación directa, sin dar espacio a una competencia sana entre empresas.
Organizaciones mexicanas anticorrupción aseguran que los métodos de seguridad que ofrece el gobierno federal son débiles en comparación con un buen diseño de reglas operacionales. Los lineamientos que ofrece el ejecutivo “no cuentan con metodología, procedimientos, manuales, formatos, convenios, convocatorias ni criterios de selección de beneficiarios”, señalan en entrevista para Animal Político.
Serán 44,320 millones de pesos para becas a jóvenes sin empleo ni estudios, pero este programa es el que más opacidad presenta al tratar de ubicar cómo serán entregados los apoyos mensuales a los mexicanos beneficiados. Otro caso a revisar es el de becas a estudiantes mexicanos, que tendrán 17,280 millones de pesos pero no hay ni siquiera lineamientos, mucho menos reglas de operación, para verificar cómo serán entregados.
Esta tendencia a no entregar reglas de operación se incrementó desde el segundo año de mandato de Enrique Peña Nieto. Para ese entonces, el gobierno federal ya no se molestaba por aclarar cómo es que se distribuirían los apoyos a la ciudadanía, lo que derivó en grotescas actividades de corrupción que aún se investigan por parte de las auditorías especializadas. La idea de permanecer con este esquema solamente genera preocupación en las organizaciones anticorrupción.
Mira toda la información en este reportaje de Animal Político.