La piratería aniquila al cine mexicano: 2,136 millones en pérdidas
No es difícil localizar puestos llenos de productos piratas en México. En cualquier calle central de cualquier estado del país resuenan las bocinas de los vendedores ambulantes que ofrecen miles de canciones en veinte pesos o se pueden ver pantallas que muestran los últimos estrenos de cine a tres devedés por cincuenta pesos. La piratería en México dejó de ser un problema para el gobierno para ser un tema más que, imposible de vencer, termina por ser ignorado.
Si bien hay redadas de vez en cuando en donde se decomisa la venta de productos ilegales, la industria de la piratería mexicana continúa vigente y cada vez más sólida en un país de bajos salarios y problemas de acceso a la cultura. Los más golpeados por esta ilegalidad son los sectores empresariales del cine, la música y la televisión. Si acudir a una sala de cine cuesta alrededor de 80 pesos, para miles de mexicanos es mejor esperar unos días para disfrutar esa misma película a treinta pesos en un puesto del tianguis.
La piratería está golpeando de lleno a la ya lastimada industria del cine mexicano. Con poco presupuesto federal, crisis de contenidos y conflictos internos, la piratería solamente termina por dañar aún más a una industria que no termina por arrancar. El cine mexicano no solamente sufre en la taquilla, frente a las titánicas producciones extranjeras, también ve cómo se piratea su catálogo sin el más mínimo esfuerzo por parte de las autoridades por frenar este caos.
Las cifras dejan ver una herida profunda. Son al menos 110 millones de dólares los que se pierden cada año por culpa de la piratería, tan solo en el tema del cine nacional. Miles de hogares mexicanos no tienen en su interior ni una sola película original. Acostumbrados al catálogo amplio y la barata oferta de la piratería del cine, se prefiere comprar copias ilegales que a ahorrar para comprar una película original (con precios desde noventa hasta 400 pesos, en ediciones espaciales).
Se sabe de al menos 258 millones de vistas que ha perdido el cine mexicano gracias a la voraz industria de la piratería, asegura María Magaña, directora de MPA-México. Las pérdidas se resienten aún más en producciones que tienen que sacrificar grandes cosas para crear contenidos audiovisuales, debido a que el gobierno mexicano recorta año con año el presupuesto a cultura. Recordemos que el cine aporta el 7% del producto interno bruto del país, algo que no se refleja de vuelta en los presupuestos federales.
Para este 2019, el presupuesto del primer año de gobierno de López Obrador no parece nada prometedor. El tabasqueño solamente le ha asignado 12.3 mil millones de pesos a la cultura, en un país sumido en la violencia, la pobreza y la desigualdad. La cifra contrasta con la de Enrique Peña Nieto, que a pesar de la críticas dio 13.4 mil millones de pesos a la cultura, en donde está insertado el apoyo al cine mexicano.
Otro gran problema es la distribución ilegal de películas por internet. Si de por sí los servicios como Netflix están haciendo que los mexicanos no acudan a las salas a ver películas hechas en México, con dinero mexicano, ahora son menos los que lo hacen cuando pueden verlas en sitios de películas vía torrent o de streaming. Estas páginas permiten incluso que se puedan descargar películas de forma rápida.
Mira toda la información en esta nota de La Jornada.