No se permitirán autodefensas en el gobierno de AMLO
Han pasado años desde que grupos de civiles armados se enfrentaron a grupos criminales ante la incapacidad del gobierno para combatirlos. Todo empezó justamente en el territorio en donde Felipe Calderón arrancó la guerra contra el narcotráfico: su tierra natal, Michoacán. Ahí surgieron los primeros guardias comunitarios o “autodefensas”, grupos armados que se replicaron por todo el país y aún se encuentran vigentes.
Se trata de ciudadanos que sufrieron los golpes más duros de los cárteles del narcotráfico y que no tendrán cabida en el gobierno de López Obrador. La subsecretaria de seguridad pública, Patricia Bugarin, ha anunciado que desde la aprobación de la guardia nacional ya no es necesario que existan estos polémicos grupos de civiles armados que se encuentran en las zonas más rojas del país.
Para Bugarin no hay cabida en este gobierno para los grupos de autodefensas, que cubren labores de seguridad que le competen exclusivamente al estado, aseguró. Ráṕidamente los autodefensas aseguraron que no entregarán sus armas y que no dejarán de armarse para vigilar la paz en sus comunidades (la mayoría de ellas azotadas aún por grupos criminales). Lo cierto es que en México están reglamentados varios grupos para poder armarse y defenderse.
El gobierno de López Obrador asegura que la guardia nacional es suficiente para garantizar la paz en México. El país ha atravesado por una guerra durante más de doce años y los cientos de miles de elementos de la guardia nacional aún no están listas para salir a las calles (apenas ayer se anunciaron uniformes y la vacante continúa abierta para que se sumen jóvenes mexicanos a esta nueva fuerza armada en el país).
«Estamos trabajando en algunos estados con las policías comunitarias que están reglamentadas y trabajan en acuerdo con sus propias comunidades”, comentó Bugarin, dejando en claro que las labores de seguridad de ahora en adelante estarán a cargo del gobierno nacional, por lo que se pone en duda qué pasará con estos grupos armados que ya han tenido claros conflictos con el gobierno (recordemos la detención de Manuel Mireles, en Michoacán).
El presidente ha prometido que su guardia será suficiente para generar paz, después de anunciar que la guerra en contra de los grandes capos de la droga en el país ha terminado. Obrador aseguró que la acción del gobierno de Felipe Calderón y Peña Nieto era buscar protagonismo cazando narcotraficantes de peso, pero siempre descuidando la organización de cada cártel: algo que se quiere desactivar desde el lado financiero, con Santiago Nieto.
Las autodefensas, hasta el día de hoy, continúan activas en buena parte del país. En el centro y sur de México siguen surgiendo grupos de civiles armados que generan retenes carreteros, además de inspecciones y rondines de vigilancia para evitar abusos por parte de narcotraficantes. Muchos de ellos tienen permiso del gobierno mexicano para operar armas o realizar labores de seguridad, pero otros más no están regulados y mantienen la afrenta de no dejar las armas debido a las alertas que se viven en sus comunidades.