La bebé que nació en la caravana migrante ya es mexicana
La crítica no deja de comentar que los centroamericanos que están atravesando México nunca debieron de haber abandonado sus países. Lo cierto es que cada una de las más de tres mil historias que protagonizan este éxodo dejan ver un clima de desesperación, ataques desde fuera y una necesidad de mejorar su calidad de vida. Esa fue la trama que obligó a la madre de Allison Guadalupe a cruzar la frontera sur mexicana teniendo un embarazo avanzado.
Con todas las opciones en contra, el matrimonio guatemalteco avanzó por el puente fronterizo que conecta a Chiapas con centroamérica y después de días de estar caminando bajo un sol colosal, se rompió la fuente y nació el primer bebé de esta caravana migrante que sigue avanzando hasta llegar a la frontera norte con Estados Unidos. La pequeña fue registrada en nuestro país y, a pesar de ser de padres guatemaltecos, la niña es completamente mexicana. Este tipo de historias se han repetido durante siglos en la historia humana.
Allison Guadalupe recibió ese segundo nombre en honor a la virgen nacional de un país completamente católico. Además, tiene tres hermanos pequeños que también acompañan a sus padres en su búsqueda por llegar a Estados Unidos y mejorar sus condiciones de vida. Detrás de este retrato de migración se encuentra la historia de una familia pobre, violentada y sumida en las agresiones constantes de un país que no quieren para ver crecer a sus hijos. La meta era la nación gobernada por Trump, pero el nacimiento los detuvo en Oaxaca.
Fue precisamente en Juchitán, uno de los pueblos más azotados por los sismos del año pasado, en donde se registró como ciudadana mexicana a Allison Guadalupe. Sus padres, Olga Suyapa y Adrián Vásquez, detuvieron todo avance hasta que la madre se recupere después del parto. El nacimiento de Allison deja ver el nivel de urgencia de miles de familias por alejarse de la violencia en sus países para atravesar México, un país plagado de cadáveres víctima de una guerra, para llegar a buscar fortuna en Estados Unidos, un país también sumido en conflictos sociales y raciales.
Para Donald Trump, es necesario blindar militarmente su frontera sur para evitar que estas familias entren. Para recibir a los tres mil centroamericanos, el líder republicano ya envió a mil soldados yanquis que prometen una cacería de migrantes que serán regresados a su país de inmediato sin soltar una sola bala, promete el presidente estadounidense. A pesar de las amenazas del magnate, muchas familias similares a la del matrimonio Vásquez continuarán su paso hacia la nación del pay de manzana.
Se sabe de al menos otras 18 mujeres embarazadas en la caravana migrante, por lo que se están movilizando organizaciones civiles para atender sus posibles partos en territorio mexicano. Para terminar con esto, Trump quiere que se niegue la ciudadanía estadounidense a los hijos de migrantes que nazcan en su país. La medida es más un arma electoral que una posible realidad, pero deja ver muy bien la xenofobia y aporofobia del magnate republicano. Con la carga de llevar un hijo en sus vientres, las madres centroamericanas no desisten y buscan llegar a trabajar a Estados Unidos.
Por el momento, la familia de la pequeña meterá freno a sus intenciones de cruzar la frontera mexicana y planean quedarse en el estado norteño de Coahuila, en donde tiene familiares que también salieron de Guatemala para mejorar sus condiciones de vida y la de sus hijos. Por el momento, México tiene a una nueva ciudadana que nació gracias a las aportaciones económicas de colectivos nacionales.