43 millones de mexicanos en la pobreza creen ser clase media
La desigualdad en México no necesita mirarse con lupa. Un paseo rápido por las calles de cualquier ciudad del país deja ver grandes diferencias entre un nivel socioeconómico y otro, sobretodo en la capital. Los mexicanos más ricos son apenas el 1% y ni siquiera entre ellos se perciben ingresos similares. El problema escala más abajo, 43 millones de mexicanos en la pobreza creen ser clase media.
El eterno problema de si existe o no este nivel socioeconómico se extiende por un país en donde más del 80% de sus habitantes no cuenta con seguridad médica, ahorros para el retiro o simplemente dinero suficiente para sostener a su familia según los estándares globales de bienestar. Y es que la diferencia entre la pobreza extrema y la clase media es muy difusa, y en medio están millones de familias mexicanas que creen ser clasemedieros.
El 61% de los mexicanos cree que vive en la clase media, cuando realmente comparte las carencias estructurales de la clase baja. Para pertenecer a la media habría que ganar 64,000 pesos mensuales, una cifra que apenas logra el 10% de los mexicanos. ¿El resto vive entonces en la pobreza? Es justo ahí en donde no está nada definido, por lo que la percepción de cada familia ayuda a entender un poco las cosas.
El New York Times en español asegura que personas con ganancias de 120,000 pesos mensuales se dicen clasemedieros, cuando generar sumas que apenas se permite el 10% de los mexicanos. Pero la distancia con las quince familias que conforman el 1% de la riqueza en el país es abrumadora. Cuando las caravanas antiobradoristas salen a marchar en sus autos, aseguran que son clase media-alta o alta, cuando la clase rica del país ni siquiera vive en México.
En el país hay al menos 37 millones de personas que no saben qué son. No viven en condiciones de pobreza extrema pero tampoco cuentan con los servicios y garantías de la clase media: educación, seguridad social y acceso a la salud. La tarea del obradorismo es sacar a personas de la pobreza extrema pero al mismo tiempo insertarlas realmente en la clase media, una tarea compleja para un país con salario mínimo de 3,700 pesos.
El otro gran problema es que la clase media se siente más ligada a la clase rica que a la clase pobre, cuando es todo lo contrario. Esta situación de aspiracionismo permanente los mantiene alejados de la agenda política que exige mejores condiciones de vida a la población en general, y los mantiene reclamando prácticas que pegan en las cuentas y obligaciones fiscales heredadas por años de los más ricos del país.
Con información de The New York Times.