Un antiguo boxeador quiere ser el presidente del nuevo PRI
Han pasado meses desde que las elecciones de 2018 sacudieron el tablero electoral mexicano. Pocas personas podían adivinar que el priismo nacional perdería tantos cargos importantes. La sorpresa pegó duro en la élite tricolor, que poco a poco se ha retirado de la política o se ha hecho a un lado para que alguien más sostenga un partido herido por la ausencia de votos.
Son dos hombres los que quieren dirigir al nuevo PRI: un doctor y un antiguo boxeador.
No parecen los perfiles comunes al frente del priismo nacional, en donde generalmente están miembros élites del partido con poder político desde hace años. Aún regidos por la abogada Ruiz Massieu, el priismo ya alista una elección contundente para los próximos años. Alejandro Moreno, aún gobernador de Campeche quiere ser el nuevo líder del partido. Pero también se ha anotado el peñista José Narro, exrector de la UNAM.
Son dos perfiles completamente distintos para una militancia priista que está furiosa por el control de los itamitas y los amigos de Peña Nieto en el partido más antiguo de México. Narro es un doctor, con trascendencia académica, mientras que “Alito” es un militante tricolor sureño venido desde abajo. Ambos competirán por dirigir a un partido que lo perdió todo hace unos meses y que ahora promete alzar la cabeza para las elecciones del 2021.
¿Un candidato lejano a Peña Nieto?
Alito, un cercano al gobierno obradorista, quiere jugar las cartas del populismo para ganarse a los votantes del PRI. Asegura que no hay futuro en un PRI que entregue su control a un hombre que fuera parte del corrupto gabinete de Enrique Peña Nieto. Narro fue secretario de salud y es uno de los pocos que no ha sido acusado directamente de desviar recursos (como sí ha pasado con Antonio Meade, Luis Videgaray o Rosario Robles).
Pero los priistas de antaño tampoco están contentos con un presidente del partido tan cercano a López Obrador. El PRI actualmente ha tenido bastante apoyo a las iniciativas de Morena en las cámaras legislativas, en donde aprobaron la guardia nacional, reformas en materia energética y critican con suavidad las opiniones del tabasqueño y su gobierno. No son raras las fotos de Osorio Chong abrazado de Ricardo Monreal en el senado.
Alejandro Moreno está buscando el voto de los nuevos priistas para ganar simpatías en la primer elección del tricolor que será observada por el INE. Como antiguo practicante del boxeo, Alito asegura que puede convencer a la militancia porque él mismo trabajó en las calles para conseguir votos en el priismo chiapaneco (algo que, asegura, nunca ha hecho su rival).
Critican su cercanía con AMLO
“Quiero dirigir el PRI y construir una nueva alternativa política para el partido y para México. Lo queremos hacer porque el partido no son los dirigentes”, asegura, imponiendo una visión más cercana a lo prometido por Donaldo Colosio en los noventas que a la agenda neoliberal de Videgaray Peña Nieto. Asegura que está limpio de escándalos, a pesar de acusaciones de detener a periodistas o de usar dinero público para impulsar su imagen política.
Sus rivales dentro del partido, que no son pocos, aseguran que Moreno representa la opción de López Obrador para controlar al partido tricolor. Su cercanía con el tabasqueño ha enfurecido a priistas conservadores como Ivonne Ortega, Ulises Ruiz, Osorio Chong y otros eternos del partido fundado por Plutarco Elías Calles para calmar la violencia postrevolucionaria.
Con información de la revista Proceso.