¿Qué se hará con los restos del aeropuerto de Texcoco?
La derecha política y una gran élite empresarial continúan furiosos después de la cancelación de la gran obra del peñismo. El aeropuerto de Texcoco estaba llamado a ser la gran construcción transexenal en el sector aeroportuario, lleno de tecnología, avances, promesas de solución al tráfico aéreo y jugosos contratos que se extendían por décadas. Lo que parecía la gran apuesta de privados en una obra del gobierno mexicano es ahora un lote baldío.
El gobierno de López Obrador prometió desde la campaña electoral del 2018 que ese aeropuerto estaba plagado en opacidad y corrupción. A su llegada a la silla presidencial, el tabasqueño utilizó una consulta ciudadana, que terminó favoreciéndolo, para dar por cancelado todo el megaproyecto del sexenio de Enrique Peña Nieto. Mientras se liquidan contratos para avanzar con el aeropuerto en otro sitio, los materiales que se compraron para Texcoco continúan varados y siguen llegando más.
La nueva versión oficial apunta a que estos materiales serán reutilizados para otras obras del gobierno mexicano. Lo que pasa es que varios contratos para suministro de materiales continúan vigentes y empresas privadas están enviando los materiales acordados a la extinta construcción al norte de México. Esta acumulación de material, herramienta y acuerdos seguirá siendo recibida, por lo que Texcoco ha pasado de ser el aeropuerto más importante de México a una enorme bodega.
El líder del grupo aeroportuario ha prometido que buena parte de los materiales que se encuentran almacenados en esta vieja construcción será usados en otros proyectos cumbre del obradorismo. Desde el primer día que entró al poder, López Obrador prometió fuertes obras públicas para reactivar el turismo, el problema del tráfico aéreo y la llegada de mercancías extranjeras. Es por eso que las obras del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la reactivación del istmo de Tehuantepec usarán estos materiales guardados.
Al ser material realizado para la construcción de un aeropuerto, lo que permanece en Texcoco pasará íntegramente a las obras en Santa Lucia. Se trata del aeropuerto obradorista que promete estar listo en tres años y ser construido totalmente por manos militares. Será ahí en donde irá a parar buena parte del almacén en Texcoco, dijo Fernando Bravo, líder del GACM, afirmando que “no se va a desperdiciar nada”.
Gran parte de estos materiales son aceros, vigas, herramienta y placas especiales para el ensamble del aeropuerto. Además, se informó que hay grandes cargamentos de basalto que serían ideales para los primeros avances en las obras del istmo de Tehuantepec. Esta última sería una ruta marítima para conectar el mercado europeo con el mexicano, muy similar al canal de Panamá. Bravo asegura que hay miles de toneladas de basalto y acero en resguardo que iban a ser utilizadas para las grandes pistas que se planearon en Texcoco.
Para lograr frenar por completo el aeropuerto en Texcoco será necesario finiquitar varios contratos e indemnizaciones muy costosas. Tan solo para liquidar los bonos de la fibra-e que se usaría en Texcoco, el gobierno de López Obrador tuvo que desembolsar 34,000 millones de pesos de un solo golpe. Esta es la gran crítica de los opositores al gobierno del tabasqueño: el hecho de que la cancelación pueda ser más costosa que el aeropuerto en sí.