En México aumenta la desigualdad incluso entre multimillonarios
No es sorprendente revelar datos que confirman una sola cosa cada año en México: los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. La fortuna de personas como Carlos Slim o Germán Larrea continúa en ascenso, mientras que los índices de pobreza durante el sexenio peñista se elevaron a niveles preocupantes. Esta desigualdad deja en claro que no han funcionado los modelos económicos del PAN y el PRI durante décadas.
Pero lo más sorprendente es que incluso entre ricos mexicanos está creciendo la desigualdad. Recordemos que se necesita el dinero de 60 millones de mexicanos para igualar la fortuna de algún magnate minero o de las telecomunicaciones. Aún así, la lista de las dos personas más ricas de México muestra una distancia considerable. Es decir, Carlos Slim tiene una fortuna muchísimo más alta que la de Germán Larrea (los números uno y dos de la lista Forbes de multimillonarios en el país).
Para entender esto hay que irnos a las cifras. En el primer puesto se mantiene Slim, dueño de grupo Carso. El hombre que fuera por momentos el más rico del planeta tiene 67,000 millones de dólares, una cifra titánica si se revisa la fortuna de Germán Larrea, director de grupo México. Este último tiene una fortuna de 17,300 millones de dólares. Con esto nos damos cuenta de que Slim posee cuatro veces más riqueza que el empresario minero, una muestra extraña de desigualdad entre hombres privilegiados.
Todo esto deja ver a un país en donde la riqueza se concentra cada vez más en algunas familias, mientras que el resto de los mexicanos batalla día a día para comer de forma decente y transportarse a sus lugares de trabajo. Estos datos los revela Oxfam México, una organización dedicada a mostrar los alcances de la desigualdad en el país. Para esta organización, en México “la desigualdad está fuera de control”. Las cifras internacionales tampoco son prometedoras: los ricos acumulan 2,500 millones de dólares cada día.
Estas cifras de Oxfam muestran que el famoso 1% de familias privilegiadas también opera en México. Si hacemos un alejamiento y vemos cómo funcionan las riquezas en el planeta, nos damos cuenta de que solamente el 1% de la población en general posee la mayoría de los recursos y fortunas. Esto genera una falta de oportunidad tremenda en el 99% restante. En México, los ricos controlan 40 de cada 100 pesos.
¿Cómo se puede entender esto? El presidente López Obrador culpa a los gobiernos neoliberales y organizaciones contra la desigualdad abogan por una total indiferencia de las clases altas con los más pobres en cada país.
Pero no todo se limita a dos mexicanos multimillonarios. Alberto Bailleres, también dueño de grandes minas en el país, acumula una fortuna de 10,700 millones de dólares. Después está Eva Gonda, con una fortuna de 7,100 millones y Salinas Pliego, el magnate de los medios que suma también un promedio de 7,100 millones de dólares. Estas distinciones también son cuestiones de género: los hombres poseen 50% más de la riqueza mundial que las mujeres.
En el caso de México, los hombres más ricos no solamente acumulan grandes fortunas. Como sus trabajos están ligados a las telecomunicaciones y la minería (empresas dedicadas a sectores productivos para el país), su poder no solamente se limita a lo económico, también a lo político. Esto quedó claro en las pasadas elecciones, cuando Germán Larrea se lanzó en contra de López Obrador y Slim abogó con todo su poder para mantener activas las obras del aeropuerto en Texcoco.
Mira toda la información en este informe de Oxfam México.