Un pequeño público podrá lanzar preguntar a los candidatos en el segundo debate | BREAKING

Un pequeño público podrá lanzar preguntar a los candidatos en el segundo debate

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El INE está atento a cambiar los formatos tradicionales de debate presidencial. Para lograrlo, han tenido que cambiar los modelos entre uno y otro. El primero, celebrado en la capital mexicana, se dio espacio para réplicas y los moderadores pudieron soltar preguntas certeras a cada perfil presidenciable. Ahora, planean ampliar el formato a la sociedad.

El segundo debate colocará, por primera vez en la historia, a un público. Lo que no dejó claro el consejero presidente Lorenzo Córdova, es cómo eligirán a las personas del público ni la cantidad de participación que tendrán en el debate nacional. Lo cierto es que la idea del INE es hacer cada vez más incómoda la situación de los candidatos para que se defiendan.

Lorenzo dejó en claro que esta alteración de los debates rompe con los esquemas tradicionales en donde se beneficiaba a los presidenciables con preguntas cómodas o temáticas sencillas. “Los debates tienen que ser espacios para que los ciudadanos conozcan la personalidad de los candidatos, la capacidad de respuesta, propuestas”, dijo, asegurando que están bien asesorados para realizar un encuentro de ideas mucho más plural.

Desde 1994, México celebra debates presidenciales que fácilmente se convirtieron en un conjunto de discursos secos y escritos que los políticos repetían sin riesgo alguno. Ahora, según el líder del INE, la idea es la de realmente cuestionarlos con temas delicados que se niegan a tocar en sus mítines o spots en medios de comunicación. Para lograr esta tarea, el INE convocó a tres debates: el capitalino en Palacio de Minería, este segundo en Tijuana y uno más en Yucatán.

Para generar un ambiente mucho más entretenido, la autoridad electoral en México decidió asesorarse con expertos chilenos y estadounidenses. La idea es la de crear mucha más interacción y realizar un evento de dos horas que no aburra ni genere desconfianza. Por el momento, el primer debate presidencial del 2018 fue aplaudido por la sociedad y los medios, en principio porque los moderadores fueron más que simples presentadores.

La función de los próximos moderadores será la de cuestionar aún más las propuestas de los presidenciables. Si ya se cuestionó duramente a Margarita Zavala por su posición homofóbica y a López Obrador por la inclusión de priístas en su campaña, los nuevos moderadores buscarán elevar estas preguntas incómodas. El problema es que el INE ya confirmó a León Krauze y a Yuriria Sierra para estos puestos.

Ambos son presentadores y tienen poca trascendencia real en el periodismo crítico mexicano. Además, los dos son conocidos por sus posturas antiobradoristas, lo que podría inclinar la balanza en el debate de Tijuana. Para que el asunto sea parejo, los usuarios en redes sociales y algunos periodistas sugieren que el Premio Nacional de Periodismo, Carmen Aristegui, se una a la mesa de moderadores.

El agregado de un público en vivo debe modificar la estrategia de los candidatos. Si bien pueden optar por la evasión o el silencio, un grupo de la sociedad civil preguntándoles directamente podría alterar la trama. El asunto está en conocer qué personas y cómo será el proceso de elección o sorteo para que asistan al debate. Esto podría funcionar también como una práctica para atacar a algunos candidatos o favorecer a otro. Por lo pronto la fecha está lista: 20 de mayo en Tijuana.