Caso Odebrecht: el presidente peruano cae por sobornos similares a los entregados en México
El congreso peruano acaba de mandar a su presidente, Pedro Kuczynski, directo a lo que será un juicio político más para la nación sudamericana. El gran pecado de Kuczynski es haber recibido cerca de 800 mil dólares de la empresa carioca Odebrecht.
La corrupción no la ejerció como mandatario nacional, pero sí lo alcanzó justo cuando iniciaba su presidencia en un Perú dividido políticamente y en donde la cámara está dominada por sus rivales políticos. Dominada por el fujimorismo y su principal rival política, Keiko Fujimori, quien también está siendo investigada por la fiscalía peruana, la oposición votó con 93 a 17 a favor de que Kuczynski sea juzgado.
El aún presidente peruano levantó la voz para defenderse de las acusaciones. Asegura que no abandonará la presidencia nacional bajo ninguna acusación. “La corrupción sistémica pretende amenazar nuestro gobierno y nuestra democracia. Compatriotas: no me voy a dejar amedrentar», dijo, después de que la oposición comentara que recibió sobornos por cerca de 4.8 millones de dólares.
Y es que todo sucedió hace más de diez años. En esos momentos, Pedro Pablo era ministro de Economía y luego fue primer ministro del gobierno del presidente Alejandro Toledo. Durante esos años, una empresa ligada a Kuczynski, llamada Westfield Capital, recibió sobornos por parte de Odebrecht. El hombre asegura no tener nada qué ver con estos sobornos, a pesar de que varios delatores lo señalan como responsable.
«No voy a abdicar ni a mi honor, ni a mis valores, ni a mis responsabilidades como presidente de todos los peruanos. Estoy dispuesto a defender mi verdad. Nos costó mucho recuperar esta democracia. No la volvamos a perder», comentó Pedro Pablo, señalando que los ataques son un esfuerzo de los fujimoristas para retomar el poder.
El dato es interesante, ya que Perú es una nación acostumbrada a enviar a sus presidentes al juzgado. Prácticamente todo hombre que ha liderado al pueblo sudamericano desde que empezó este siglo está ahora bajo investigación por corrupción u otros crímenes. Y es que la constitución peruana permite destituir más fácilmente a un presidente en caso de indicios de corrupción.
Peña ni siquiera es investigado
En México el asunto es muy distinto. Se sabe gracias a varias declaraciones de delatores que Emilio Lozoya y Enrique Peña Nieto recibieron millones de dólares por parte de Odebrecht como sobornos, tanto para impulsar la campaña presidencial de Nieto, como para ganar licitaciones importantes en el país.
Lo cierto es que en México la persona que estaba llevando a cabo la gran investigación para enjuiciar a Emilio Lozoya fue despedida de su cargo precisamente por eso, por impulsar una trama que alcanzaría al presidente y a sus hombres cercanos. Además, la constitución mexicana no tiene las mismas posibilidades que la carta magna peruana. En México es prácticamente imposible que un presidente en activo o después de su mandato sea juzgado por escándalos de corrupción.
En el caso Kuczynski, apenas se han comprobado sobornos por unos 800 mil dólares, según los delatores y la fiscalía brasileña. En el tema mexicano, Odebrecht donó a empresas ligadas al PRI cerca de 16 millones de dólares, mucho más que el caso peruano y, a diferencia de varios gobiernos sudamericanos, en México no hay ninguna investigación sólida que pueda llevar al presidente o a sus allegados a un juicio político. Esto, a pesar de toda la información recabada por la fiscalía carioca y el periodismo mexicano.