El queso manchego traba las negociaciones del tratado entre México y la Unión Europea
Las negociaciones para modernizar el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y México están avanzando. Sin embargo, el queso manchego podría ser un obstáculo en la nueva ronda de negociaciones.
En el nuevo acuerdo, los países europeos quieren que México reconozca las denominaciones de origen de sus productos, algo que el Viejo Continente está imponiendo en los tratados que firma desde 2011.
Hay 340 productos con denominación de origen que son susceptibles de ser protegidas en México, en los que hay vinos, cervezas, quesos y embutidos. De todas ellas hay 20 denominaciones que se han atorado en las negociaciones.
El queso manchego es uno de ellos.
La propuesta de la Unión Europea es cambiar el nombre del producto que se comercializa en los anaqueles mexicanos para que no compita con el queso manchego que se fabrica en la región de La Mancha, España.
Sin embargo, existen diferencias entre ambos productos. La primera y más significativa es que el queso manchego mexicano se hace con leche de vaca, mientras que el español se produce con leche de oveja, explica Miguel Ángel García Paredes, titular de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec).
“La gente lo identifica como un producto muy nacional que ni siquiera tiene una referencia a los productos que produce la Unión Europea. Hay un uso genérico del concepto. La gente que va al súper no espera que le den un queso manchego de España, que tiene un precio muy superior al queso manchego nacional. Es un queso que ya tiene una posición en el consumidor nacional”, añadió el industrial.
El queso manchego hecho en México representa cerca del 15% del mercado de quesos nacional y las ventas significan alrededor de 100 millones de pesos que se pueden perder por la prohibición del uso del nombre.
De allí la oposición de la industria lechera a la propuesta que se ha discutido desde el año pasado en las rondas de negociación.
El segundo problema es que el queso manchego no es el único lácteo que quieren proteger en la modernización de este tratado, que está a punto de cumplir 20 de vigencia.
Hay al menos 15 quesos que se comercializan con el nombre de origen, aunque en realidad se fabriquen en México. En este caso están el feta griego, el parmesano italiano, roquefort, mozzarella, provolone y gouda, entre otros.
Para evitar las confusiones con el origen del producto que se comercializa, las empresas exportadoras han optado por colocar en sus envases la bandera española o una leyenda que diga: Producto producido en España.
El tema se volvió relevante en la última ronda de negociación, que se realizó en Bélgica en diciembre pasado, justo cuando las dos partes ya estaban por cerrar el proceso de modernización del tratado.
La discusión se trabó en el sector agrícola, en particular en el tema de los productos lácteos, un tema sensible para los europeos, dijo a AFP una fuente que estuvo presente en esa reunión.
Sin embargo, los participantes también han señalado que las presiones provienen de empresas y el gobierno estadounidenses, quienes buscan que México para que no acepte las denominaciones europeas que van en contra de su política regulatoria de reconocer sólo el registro de marcas en cada país.
Por su parte, la Secretaría de Economía aseguró que en la séptima ronda, que inició este lunes y concluye el 17 de enero próximo, se abordarán los temas relacionados con las reglas de origen, los obstáculos técnicos al comercio, la mejora regulatoria y la propiedad intelectual.
Allí se tratará el tema de los quesos.
Una posible solución para destrabar la discusión es lograr el acuerdo que tiene la Unión Europea con Canadá sobre el jamón de Parma. Un inmigrante italiano tenía los derechos de la marca, lo que impedía que el jamón originario de Italia pudiera entrar en ese mercado.
Con el nuevo tratado, se logró que el jamón de Parma producido en Canadá no puede simular de ninguna forma ser como el original italiano. De esta manera, las dos partes ganaron.
Un acuerdo de este tipo podría beneficiar a la región europea y a México, quienes tienen un tratado desde finales del siglo XX y que ha significado la triplicación del comercio entre los dos.
Aunque el comercio intenso con la Unión Europea significa 19 mil millones de dólares anuales, éste sigue siendo moderado, comparado con los 302 mil millones de dólares que representan el comercio entre México y Estados Unidos.
Con información de Animal Político y El Mundo