Jaime Rodríguez Calderón a la sombra en segundo debate presidencial | BREAKING

Jaime Rodríguez Calderón a la sombra en segundo debate presidencial

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Ha concluido el segundo debate de los candidatos a la presidencia, y Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, el único candidato independiente que permanece en la contienda luego de la renuncia de Margarita Zavala, quedó a la sombra a lo largo de las dos horas que duró el evento.

A pesar de sus controvertidas propuestas, que incluyen el mochar las manos a los agentes aduanales corruptos, la expropiación a los Estados Unidos de Banamex, y crear una lista de todas aquellas personas “que consumen droga”, el candidato tuvo grandes espacios vacíos en toda la discusión, y muchas de sus réplicas las utilizó para ironizar e incluso añadir un toque de humor y picardía a la discusión principal, sostenida por lo demás candidatos.

Las reacciones en redes sociales han ilustrado con sorna y humor los momentos más y menos destacados del Bronco.

El debate, dado que fue celebrado en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California, en Tijuana, tuvo una inclinación muy importante respecto de los temas tocantes a relaciones bilaterales y de migración con Estados Unidos; y su formato varió respecto del primer debate sostenido hace semanas.

Esta ocasión se contó con un público participativo de 42 ciudadanos elegidos aleatoriamente “por una empresa especializada”, según dio cuenta el Instituto Nacional Electoral (INE), que forman parte de la lista nominal en Tijuana, “y que no han decidido aún su voto, pero tienen una fuerte intención de acudir a las urnas el primero de julio”. De ellos, al menos 6 personas pudieron hacer preguntas directas a los candidatos.

De modo que debate principió así: con la pregunta de un ciudadano de nombre Luis Ángel Amador Pérez: “En virtud de la incertidumbre en que vivimos por el proteccionismo de Trump, y las renegociaciones del Tratado de Libre comercio”, dijo: “¿cuáles serían sus acciones concretas para redirigir las exportaciones mexicanas a otros países además de los E.U?”.

El candidato independiente respondió: “Debemos destetarnos de los gringos, y poner en su lugar al presidente americano”, dijo, y propuso concretamente trabajar con Asia, India, Corea y Japón para fortalecer donde las haya o generarlas donde no, las relaciones comerciales. “Tenemos que hacer el tratado de libre comercio entre los mismos mexicanos”, añadió: “eso va a potenciar mucho las cosas”.

Sobre la posibilidad de una guerra comercial con Estados Unidos, si, por ejemplo, nuestro país decidiera dejar de importar maíz estadounidense como una contramedida al discurso de odio de Trump, El Bronco fue tajante: “Comprar el maíz en otra parte”. Esta intervención de El Bronco se dio alrededor de las 9:44 pm; y la siguiente se dio diez minutos después: insistió en que los demás candidatos, de corte partidista, engañan al país: “uno con su amor y paz, pero corazón negro; y el otro habla de poner en su lugar a Trump y tiene a sus hijos en Estados Unidos”, dijo refiriéndose a Andrés Manuel y Ricardo Anaya, respectivamente.

Esta estrategia: la de utilizar el tiempo de sus réplicas para insistir en su calidad de independiente, respecto a la partidista, y anacrónica de los demás candidatos, fue utilizada de forma recurrente por el regiomontano: “No se han podido poner de acuerdo en lo del fiscal”, dijo en un momento: “yo lo voy a insistir para que lo hagan”.

Ante una segunda pregunta ciudadana: la de la necesidad de aumentar salarios en México, El Bronco fue enfático: “nadie en este país la hace con 100 pesos”, dijo al respecto de una propuesta de Anaya para aumentar el salario mínimo a esa cantidad: “se necesitan”, insistió, “al menos 335 pesos. Y Eso es lo que yo haré”, dijo: “aumentarlo a esa cantidad”.

Su conocida fiereza y temeridad regresó ante una tercera pregunta ciudadana, la de qué hacer respecto de la seguridad en Tijuana; y cómo manejar la crisis de ingreso ilegal de armas al país. A ello el independiente respondió: “necesitamos cambiar a todos los agentes aduanales corruptos y si se puede mocharles la mano”. Agregó que: “para asegurarme de que eso pase me vendré a vivir a Tijuana”: prometió ser un presidente itinerante.

Su nueva intervención tardó al menos otros diez minutos en suceder: dijo que se debe de tener una mayor comunicación con alcaldes y autoridades locales: “Yo voy a ser un presidente que les llame a los alcaldes para que se pongan las pilas; oye, munícipe, ponte las pilas; oye, agente, ponte las pilas”. Esta propuesta ha causado burlas en redes.

Las escasas intervenciones del candidato, a lo largo de ese primer segmento del debate, fueron remarcadas por la moderadora Yuriria Sierra, que en un momento se dirigió a él y le dijo: “todavía tiene mucho tiempo para intervenir, candidato: le hice una pregunta concreta: qué será mejor, una economía abierta, o una que protege su producción”.

A ello el candidato respondió que hay que potenciar el campo mexicano: “tenemos que proteger al productor mexicano, pero dejar de ser asistencialistas”, insistió: “hay que liberar la economía sin entregar lo que normalmente entregamos a las extranjeras.

A ello sumó la propuesta de reducir el pago de los impuestos: “bajar el Impuesto Sobre la Renta del 35 al 30 por ciento; bajar el Impuesto al Valor Agregado del 16 al 10 por ciento, y quitar el impuesto a la gasolina. Eso va a ayudar a que liberemos la inversión”. Esa fueron sus últimas palabras antes de hundirse en un silencio que duró al menos 30 minutos.

El debate había entrado a su segundo segmento, y se discutía el tema de cómo los potenciales gobiernos de cada uno de los candidatos, frenaría la crisis humanitaria de migrantes salvadoreños y hondureños a México, y cómo protegería a sus propios migrantes que han sido deportados de Estados Unidos, y aquellos que permanecen allá.

Durante esta parte del debate el silencio del Jaime Rodríguez Calderón fue casi total, interrumpido de pronto por las propuestas de: “proteger a los migrantes”, “defenderlos”; o por su insistencia de que los candidatos “partidistas” no podían hacer su trabajo porque se dedicaban a pelear entre ellos.

A ese tiempo, El Bronco le pidió a Obrador, como en el primer debate, que renunciara a su financiamiento público. Su única propuesta concreta en este momento del debate fue la de utilizar el 5% del total de las remesas para dedicarla exclusivamente “a la defensa del migrante”.

El candidato tampoco mostró una gran oratoria, y cometió algunos traspiés que no pasaron inadvertidos por los usuarios en las redes; por ejemplo: pronunció la palabra “reinsersar” en lugar de “reinsertar”, o dijo: “emprendedurismo” en lugar “emprendimiento” o “emprendedor”; o llamar por ejemplo a su madre “héroe” en lugar de “heroína”.

El momento estelar del candidato, en realidad se dio cuando invitó a Andrés Manuel López Obrador a que le diera un abrazo a su contrincante José Antonio Meade; a lo que AMLO respondió: “abrazos no balazos”. En varios momentos del debate El Bronco logró arrancar risas y algunas carcajadas de sus adversarios, elemento que también ha sido criticado por el público del debate.

La primera intervención en el debate la tuvo El Bronco, y también tuvo la última: pidió a sus seguidores confiar en él, y dijo que de tener su voto sacará a México adelante y que le quitará al país «la pata del pescuezo»; aseguró que la suya será la nueva independencia de México.