El 36% de botellas de alcohol consumidas en México son ilegales
No es muy complicado acceder a bebidas alcohólicas que no cuentan con sellos oficiales en este país. La piratería está presente en prácticamente cada producto posible en un país que no ha sabido desarticular a una industria ilegal millonaria que ya forma parte de la cultura del consumismo mexicano. Del total de botellas de alcohol que se consumen en México, al menos tres de ellas no son oficiales.
Esta industria está desangrando en al menos 6,000 millones de pesos anuales al sistema tributario mexicano. Pero no solo eso, el consumo de alcohol falso puede causar graves problemas a la salud de los consumidores. No existe ninguna norma de calidad que deban de pasar para poner a la venta su producto. Esa botella de mezcal o tequila sin etiquetas puede estar infringiendo todos los códigos de calidad posibles.
Si bien la mayoría de estas bebidas alcohólicas no pasaron por pruebas de calidad, solamente el 5% puede ser catalogado como bebida adulterada. Recordemos que la venta de estos productos adulterados puede lesionar los órganos de los consumidores, la vista e incluso provocar muertes por congestión alcohólica. Los líderes de la industria de vinos y licores en el país ya mostraron al gobierno de López Obrador una solución.
En entrevista para El Economista, Erik Seiersen comenta que los primeros acercamientos con el nuevo gobierno han sido de provecho. Primero se planteó una vigilancia más profunda a la fácil distribución de estos productos piratas, para después hacer un reajuste de impuestos para que las bebidas legales mexicanas no enfrenten un panorama fiscal tan complejo para llegar a los consumidores.
Además, se invitó a revisar la facilidad con la que empresas extranjeras pueden vender bebidas alcohólicas en México. En los anaqueles de las tiendas de licores abunda bebidas de otros países, lo que representa desventaja para los nacionales. Es justo aquí en donde se pretende mayor apertura a las bebidas de calidad hechas en México para tener más presencia (este sería un paso determinante para realmente avanzar en el freno a las bebidas ilegales).
Pero será difícil quitarle el 36% de ventas totales que les ha arrebatado la industria ilegal. Al menos se pretende estar al nivel de otras naciones líderes del mundo (España, Canadá, Francia, Chile, Suiza, entre otras) que tienen un mercado de alcohol ilegal que no rebasa el 12%. Por lo que el interés del gobierno obradorista será decisivo para combatir un mercado que está dañando hígados nacionales y desangrando a la economía mexicana. Los primeros acercamientos prometen avances.
Desde el franco empresarial, también se pretende combatir este alcohol ilegal con nuevas estrategias de mercado. Es por eso que se han estrenado nuevos formatos pequeños para que los mexicanos compren destilados extranjeros como Johnnie Walker a precios más cómodos. Además de novedades como vodka de sabores y más colocación en el país de tequilas mexicanos que funcionan perfecto en el extranjero, como la marca Don Julio.
Mira toda la información en esta nota de El Economista.