La Ciudad de México enfrenta la peor crisis de armas en su historia
El programa para intentar desarmar a la Ciudad de México, implementado por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, está revelando un problema más complejo del que inicialmente se creía.
A pesar de que Sheinbaum, al dar un informe sobre sus primeros 100 días de gobierno, dio cifras de las armas destruidas por su administración, que suman “712 armas cortas, 120 armas largas, 39 granadas; 700 mil 349 cartuchos, 7 mil 200 estopines y seis cartuchos de dinamita, que voluntariamente la gente vino a entregar para disminuir las armas en la Ciudad de México”. El programa es tan solo maquillaje para un problema más grande, ya que el acceso a las armas de fuego es inmediato y sin restricción, aunado a este hecho, la existencia de campañas para concientizar a la sociedad sobre el daño que causa el uso de armas es nula.
De acuerdo con Rodríguez, el programa “Sí al desarme, sí a la paz” tiene como objetivo retirar la mayor cantidad de armas de la ciudad, pues lo que interesa es salvar vidas y evitar accidentes en el hogar, sin embargo, a pesar de este hecho, el registro sigue siendo una deficiencia.
Para intentar respaldar el programa contra las armas de fuego, las secretarías de Bienestar Social y de Gobierno, el Instituto de la Juventud y del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en la Ciudad de México, han integrado las Brigadas por la Paz, que recorren de puerta en puerta la capital para hablar con la población y concientizarla sobre el peligro de tener un arma de fuego en casa, pero su esfuerzo es insuficiente.
El destino de las armas de fuego que son recabadas en los módulos es su posterior destrucción por integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional, según las autoridades capitalinas.
Armas de fácil acceso
Aunque las cifras dadas por la jefa de Gobierno sean alentadoras, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Jesús Orta Martínez, reconoció que hay un problema en la capital del país en cuanto a la forma en que los ciudadanos obtienen armas de fuego, armas cortas, largas, e incluso granadas.
Entrevistado luego de participar en la instalación del programa “Sí al Desarme, sí a la Paz” en la alcaldía Coyoacán, Orta explicó que tras cuatro campañas de entrega voluntaria de armas que han realizado este año en la Ciudad de México, se ha detectado con preocupación que existe una gran facilidad para adquirir armamento.
Explicó que tras diversas denuncias encontraron que armas de grueso calibre y especializadas pueden ser adquiridas en tianguis y mercados ambulantes, por lo que están iniciando una dinámica para acudir a esos sitios y desmantelar este comercio ilegal.
También destacó la importancia de la campaña, toda vez que el 80% de los homicidios dolosos que se han registrado en los últimos meses en la capital se han cometido con un arma de fuego.
“Lo lamentable es que además estas armas, en su mayoría, son de procedencia ilegal, ya que solo personal autorizado y especializado puede portarlas, y sin embargo, población civil sin ningún permiso las tiene”, dijo.
Orta advirtió que, lejos de proporcionar seguridad, las armas de fuego se han convertido en focos de violencia, además de que no corresponde a la ciudadanía cobrar justicia por mano propia.
Por ello, consideró importante que se lleven a cabo campañas de desarme, que “han tenido una respuesta favorable desde su inicio”.
Según las cifras oficiales, recordó Orta, cerca de 144 mil armas ingresan al país cada año por la frontera norte, desde donde se distribuyen por todo el país.