¿Alguien sabe qué pasó con el PRD después de las elecciones?
Es quizá el partido tradicional más golpeado después de las elecciones de 2018. En julio pasado, el partido del sol amarillo no tenía ni idea de cómo iba a ser tratado por los votantes mexicanos. Pasaron a ser la cuarta fuerza nacional con triunfos minúsculos, sin la presidencial y con cero gubernaturas ganadas de nueve vacantes. Después de reconocer las derrotas, aseguraron que estarían renovándose en pocos meses.
Pero ya estamos a mediados de febrero y los perredistas no han mostrado señales de vida después de que Ricardo Anaya quedara en un lejano segundo sitio. Al terminar el ciclo electoral, los perredistas aseguraron que tenían deudas enormes derivadas de multas por conceptos electorales. Incluso se llegó a plantear públicamente un cambio de nombre, logo y hasta de líderes. Desde ese entonces se ha prometido una elección interna para nuevo presidente, algo que aún no tiene fecha.
El PRD tuvo la pésima idea de reunirse con el PAN para buscar la presidencial y prácticamente cada vacante interesante en el país. Esta alianza los perjudicó, ya que el panismo es uno de los partidos más lejanos a la ideología del perredismo (con tendencias izquierdistas). Además, sus dos últimos gobernadores están sumidos en escándalos de represión e impunidad: Graco Ramírez y Silvano Aureoles. El escenario de los amarillos los puso casi en riesgo de perder el registro, ante la poca recepción de votos recogidos en 2018.
Actualmente los perredistas apenas logran cinco senadurías, después de que varios amarillos decidieron cambiar de partido después de que se conformara la 64 legislatura. Miguel Mancera, además, dejó un desastre en la Ciudad de México, lo que hizo que el partido perdiera su liderazgo después de décadas de control de la política capitalina. El partido que succionó todos sus triunfos de antaño fue Morena, una fuerza política creada precisamente por experredistas.
En las intenciones de reunión dentro del PRD por conseguir un presidente, los grupos internos han terminado discutiendo y a golpes. Realmente nadie quiere la vacante de un partido que hace tiempo se llenó de perfiles polémicos como Rosario Robles, Miguel Mancera, José Luis Abarca, Graco Ramírez, entre muchos otros. Por lo tanto hoy los perredista no tienen a un líder que saque adelante al partido. En temas legislativos, los amarillos se dividen.
En algunas propuestas de Morena, el partido en el poder, el PRD ha asegurado que cederá todos sus votos a los guindas (sobretodo en temas como la legalización del aborto, la marihuana y temas de derechos humanos). En el caso de iniciativas radicales en contra de los derroches de servidores públicos, el perredismo sigue aliado al PAN y PRD para propuestas como el adiós al fuero, los recortes salariales y la polémica guardia nacional.
En el tema legislativo es en donde han estado más activos. Los diputados perredistas han entregado propuestas en defensa de la mujer con el tema del aumento de feminicidios, propuestas para garantizar el tratamiento a mujeres con cáncer de mama y reducción de intereses para deudores de créditos Infonavit. Al contrario de otros líderes de partidos como Ruiz Massieu y Marko Cortés, del PRD se sabe muy poco.
Para las elecciones de este año en Puebla, el perredismo tampoco ha figurado demasiado. En el pasado abanderaron a Erika Alonso, una panista que estuvo aliada a los amarillos y que duró solamente diez días en el cargo debido a un trágico accidente de avión. Ahora que se harán nuevos comicios, no hay ni un solo perredista apuntado para liderar las encuestas de salida en el estado del huachicol. Para 2021, los perredistas deben de ya estar listos para presentar perfiles fuertes ante las grandes vacantes que se vienen.