Inicia la búsqueda del nuevo fiscal general en México
Un país sin fiscal es siempre un país sospechoso. Es difícil encontrar una nación que postergue el mayor tiempo posible la búsqueda de un fiscal adecuado. Se trata de figuras de investigación de alto poder en varios de los países más poderosos del mundo y aún así México ha resistido meses sin un fiscal decente que atienda los graves problemas nacionales.
Entre un clima de inseguridad, violencia y secuestros, Morena ya lanza su propuesta para que los mexicanos tengan por fin a un fiscal general. Los senadores morenistas se han aliado con algunos académicos expertos en el tema y asociaciones civiles para dar con un perfil honesto, responsable y con trayectoria para que México pueda contar con una fiscalía capaz para atender los graves problemas del país. Se trata de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República, una propuesta de izquierda para avanzar en un tema descuidado por la administración peñista.
Según Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, urge una persona que ayude a superar “la profunda crisis institucional” en México. Y es que un breve repaso al papel de Enrique Peña Nieto respecto a los fiscales deja ver un temor por encontrar personajes eficientes. Al final de su mandato, el presidente priísta buscó insertar un fiscal a modo para evitar que se investiguen a fondo ciertos temas que lo involucran a él y a su gabinete. En el caso del fiscal electoral, cuando más avanzaba en la captura de Emilio Lozoya, amigo de Enrique Peña, fue despedido de inmediato.
Esto dejó ver a un gobierno sumido en las sospechas y a pesar de la presión ciudadana y de organizaciones civiles, el peñismo se concentró en dejar pasar la elección de un buen investigador general. Por lo tanto, la tarea caerá durante la administración de izquierda de López Obrador, por eso mismo su partido en las cámaras legislativas está acelerando el proceso. La intención es que haya un fiscal decente, independiente y capaz para cuando el tabasqueño inicie su labor presidencial. En la propuesta de Morena, el fiscal podrá ser cesado si abusa de su autoridad o esquiva ciertos temas.
La intención de los morenistas es la de iniciar un gobierno en donde la justicia no sea un lujo para ciertas familias y en donde verdaderamente se investigue a fondo la corrupción, el nepotismo y todas esas prácticas que el peñismo marcó con su sello personal. La fiscalía general de la república ha visto como la vacante para su titular se empolva, mientras la cuestión electoral le quitó atención al proceso. Con resultados contundentes, Morena quiere un fiscal “que ponga los derechos humanos en primer término y permita el combate de la corrupción y la impunidad”.
Recordemos que Peña Nieto llegó al poder presumiendo que durante su sexenio se iba a generar una fiscalía anticorrupción realmente eficiente. De esto ya pasaron varios años y cualquier pregunta sobre la presidencia del priísta nos remitirá a respuestas en donde la existencia de un fiscal general decente hubiera modificado completamente la actividad de los priístas en el poder. Para Ricardo Monreal, coordinador de los senadores morenistas, ya es hora de que México cuente con una persona capaz en el cargo y sin compromisos políticos de por medio.
La iniciativa de Morena llegará a la cámara alta después de años de diálogo entre políticos de izquierda, colectivos, asociaciones y expertos académicos en el tema. Todos han contribuido a una propuesta sólida que habrán de analizar los nuevos senadores mexicanos. Con mayoría de Morena, parece ser que el proyecto avanzará sin problemas.
Con severas crisis a los derechos humanos, el país convertido en una fosa llena de cadáveres sin reconocer, políticos sumidos en acusaciones de corrupción, violencia desmedida y un enorme panorama de violencia con el crimen organizado, la tarea del próximo fiscal será determinante para que se aplique justicia en México. Justicia total, no selectiva.