Japón se alista para ser el gran amigo comercial de México | BREAKING

Japón se alista para ser el gran amigo comercial de México

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Estados Unidos ha cobrado fama por jugar pesado con naciones poderosas en el terreno mercantil. China se ha llevado los golpes más fuertes. Los aranceles que Donald Trump utiliza para doblegar a sus pares políticos están generando cambios estratégicos en el tablero económico internacional. Con un gobierno tan fuerte que la juega de bully, se están generando lazos poco anticipados entre naciones diversas.

México sabe que depender totalmente de Estados Unidos en el terreno comercial ya no es una opción tan próspera como en los noventas. Las cosas han cambiado desde que Salinas unificara a Norteamérica con un tratado de libre comercio poderoso, y ahora las potencias asiáticas están aprovechando los giros drásticos en la cuestión comercial de naciones como la nuestra. Si bien China ya le sonríe al nuevo gobierno de izquierda, otro titán asiático levanta la mano.

En una reunión anticipada y de tintes solemnes, el futuro canciller de izquierda, Marcelo Ebrard, estrechó con alegría la mano de Tarō Kōno. El japonés encargado de la política externa de la isla ha asegurado que México no es un aliado económico más. A los nipones les han gustado los resultados de sus inversiones en el país del tequila y quieren dar el siguiente paso en la relación. Con una promesa de más inyección económica a su sector automotriz en nuestro país, Japón se apunta a ser el nuevo gran amigo comercial de México.

La relación entre ambas naciones tiene más de una década. Japón encontró en México un sitio ideal para desarrollar su industria de autopartes, por lo que están muy interesados en incrementar estas alianzas económicas siempre y cuando nuestra nación deje en claro las nuevas reglas del juego. La llegada de un nuevo gobierno de izquierda a México entusiasmó a varias naciones. China y Japón están más atentos a lo que se pueda cocinar a partir de diciembre de este año que lo que pasará en los últimos días de Enrique Peña en la silla presidencial.

Pero los temas que platicaron Kōno y Ebrard no se limitaron solamente al terreno económico. Detrás de la reunión también hay un sentimiento de agradecimiento y solidaridad entre ambas banderas. México no olvida el inmenso apoyo de los brigadistas japoneses durante los temblores del último septiembre y la isla asiática no olvida el papel de nuestro país en desastres similares en su territorio. Por lo tanto, el tema de la protección civil brilló y tomó una importancia necesaria.

Con esta intención de apoyo, el panorama económico internacional del próximo gobierno de izquierda parece alentador. Contrario a lo que advertían algunos políticos y opinólogos, el triunfo de López Obrador no generó repudio o inseguridad internacional. Tanto Estados Unidos como China corrieron a estrechar la mano del tabasqueño, una señal clara de disposición. El peso sanó frente al dólar, algo totalmente inesperado.

Ahora, con la suma de Japón a la lista de interesados en invertir más en nuestro país, se ve cada vez más viable un incremento de posibilidades económicas con el continente asiático y ya no una total dependencia de las decisiones yanquis. Si el nuevo gobierno mexicano genera buenas ofertas, más dinero japonés estará garantizado.