Trabajadores de CDMX marcharon contra AMLO con la promesa de una plaza
Los trabajadores que acudieron al Centro Histórico para manifestarse contra el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador fueron obligados a participar por sus jefes en distintas dependencias del gobierno de la Ciudad de México.
“Los que nos presentamos ahí fuimos obligados. El que no vaya a la manifestación a apoyarlos va a ser despedido”, dijo un empleado de la Secretaría de Salud, que prefirió no dar su nombre.
Los trabajadores dijeron a la cadena Univisión que fueron forzados a participar por el líder del Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad de México, Héctor Carreón, bajo la consigna de que si no asistían no obtendrán una “base” para seguir laborando en las oficinas gubernamentales.
Hay empleados que tienen más de cinco años trabajando como eventuales y esperan que en algún momento el sindicato los basifique, esto es, que se les dé un contrato permanente, con prestaciones y derecho de antigüedad. Pero para lograrlo deben participan en eventos de este tipo.
Un funcionario de la Secretaría de Salud —que prefirió no dar su nombre— relató el sábado por la noche que recibieron un mensaje vía Whatsapp
“Cita domingo 22. Ropa normal sin logos, cómoda. Convocar a los apoyos”.
Los apoyos debían llegar a un deportivo en el norte de la ciudad para organizar la manifestación de las calles aledañas al Palacio de Minería, donde se llevaba a cabo el primer debate entre los candidatos presidenciales.
Más tarde, recibieron otro mensaje de audio en los chats grupales de las distintas secciones:
“Señores delegados, de una vez les digo, ni se les ocurra irse, eh. Voy a pasar lista ahora y al final para que no se hagan los chistosos a cualquier que se haiga largado (sic)”.
Los integrantes del sindicato aseguraron que el mensaje venía del mismo número telefónico al que Univisión se comunicó para hablar con Carreón sobre la presión que recibieron los agremiados.
“Amiga, todo eso es mentira, publica lo que quieras, vete a la chi…’’, le gritó y colgó, cuando ella le cuestionó sobre los mensajes y la organización de las movilizaciones.
Los sindicalizados dijeron que después de haber recibido la llamada de la cadena te revisión, el líder amenazó a todos en los grupos de Whatsapp e incluso ofreció 50 mil pesos de recompensa a quien identificara a las personas que habían hablado con la prensa.
Y es que los participantes fueron entrenados por los líderes sindicales para responder por espontaneidad si les preguntaban las razones de su manifestación.
“Fue una de las instrucciones. Si se acercaban reporteros, nos dieron esa indicación de que dijéramos que no nos enviaba nadie, que íbamos por nuestra propia cuenta como trabajadores”, reveló otro empleado en una entrevista anónima.
Nadie podía salirse del guion establecido por Carreón, ya que los líderes de cada grupo de manifestantes tenían que vigilar a los empleados y reportar lo que ocurría a sus jefes.
Estos reportes, de los que Univision obtuvo copia, eran enviados a varios grupos de WhatsApp con fotografías y las ubicaciones de las protestas, al mismo tiempo que recibían la aprobación de alguien que se identificó como «Jefe Carreón», quien al final les pidió regresar las pancartas y las lonas.
No es la primera vez que recibían mensajes de este tipo. Los integrantes del sindicato han recibido la misma instrucción en los últimos tres años año, bajo amenaza y promesas.
“Por lo menos un 80%, 90% de la gente que trabaja en el hospital donde trabajo no tiene prestaciones laborales. Hay gente que lleva trabajando 7, 8 años y que es su único ingreso para su familia. Obviamente están esperanzados en que en algún día lleguen pues las prestaciones a las que tienen derecho y por eso acceden”, dijo Pablo Gómez, cirujano que accedió a dar una entrevista.
No les avisaron para qué los citaron, hasta que llegaron al deportivo y les repartieron las pancartas rojas con la cara de Andrés Manuel López Obrador y los distribuyeron en las calles aledañas al Palacio de Minería. Allí los grupos confundieron a los medios de comunicación, que en un primer momento aseguraron que eran los de Antorcha Campesina y los priistas, hasta que escucharon las consignas a favor de Ricardo Anaya.
Sin embargo, los asistentes temían por su integridad y también sentían pena por estar allí junto a los grupos de Morena.
“Me sentí humillado y con vergüenza. Al final mucha gente está con Andrés Manuel y cuando estábamos ahí en los semáforos, en las esquinas, nos insultaban, nos querían aventar los carros. Tuve mucho miedo de estar allí”, relató uno de los asistentes.
A pesar de las presiones, las amenazas y las posibles represalias por parte del jefe del sindicato, hubo trabajadores que no acudieron a la cita.
“Independientemente de que uno necesite la base, pues tampoco está en venta la dignidad. El sindicato nos está condicionando que hagamos todo lo que ellos quieren, todo lo que se les antoja, con la promesa de que tal vez, ni siquiera es una seguridad, podamos darnos nuestra base”, contó otro de ellos.
Con información de Univisión