Odebrecht inyectó sobornos durante varias elecciones en México
El escándalo que une directamente a la empresa brasileña Odebrecht con el encargado de la campaña presidencial de Enrique Peña continúa creciendo gracias al periodismo de investigación. En esta ocasión, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) expone documentos claves en donde se comprueba una vez más que Emilio Lozoya recibió millones de dólares en sobornos.
Mientras todo este tema crece y en Brasil los políticos están siendo condenados en prisión, en México no existe un fiscal anticorrupción que pueda detener a Emilio Lozoya a pesar de la enorme cantidad de evidencia en contra. Así que, mientras el papeleo clave se amontona, ninguna persona tiene la autoridad para castigar al priísta que coordinara el ascenso de Enrique Peña hasta la presidencia.
Los nuevos datos revelan que al menos dos empresas offshore ligadas a Emilio Lozoya recibieron jugosos donativos por parte de un hombre íntimamente relacionado con la corrupción de la empresa carioca. Se trata de Gigolino, nombre clave que utilizó Olivio Rodrigues, el principal y más importante operador financiero de elecciones presidenciales en latinoamérica.
Gigolino llegó a financiar las candidaturas presidenciales de expresidentes como Dilma Rousseff y Lula Da Silva, en Brasil; Mauricio Funes, en El Salvador y Hugo Chávez, en Venezuela, entre muchos otros. En el caso de México, Gigolino es el gran responsable detrás de varios sobornos que Odebrecht concedió para obtener favores y apoyar la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia.
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Derivado de la detención de Gigolino, las autoridades brasileñas reprobaron completamente el lamentable papel de Odebrecht, ya no solo en los sobornos millonarios que concedía a naciones para hacerse de contratos y licitaciones importantes, también por tener un aparato de financiamiento político que habría de lesionar la democracia de al menos seis naciones del continente.
“Tal vez sea ésta, más que el enriquecimiento ilícito de los agentes públicos, el elemento más reprobable del esquema criminal de Petrobras, la contaminación de la esfera política por la influencia del crimen, con perjuicios al proceso político democrático, el lavado de alta cantidad de dinero, con grado de sofisticación, y teniendo como consecuencia la afectación del proceso político democrático merece reprobación especial”, señala la investigación que persigue a Gigolino y a todos los involucrados en el caso Odebrecht en Brasil.
Gigolino en México
Se sabe que los movimientos financieros de este operador coincidieron con fechas electorales en México. La primera entrega de dinero, y también una de las más alarmantes, se dio entre abril y junio de 2012, justo durante el proceso electoral que llevaría a Enrique Peña al poder. Entre esos meses, una de las empresas de Gigolino envió 3.1 millones de dólares a una cuenta ligada completamente a Emilio Lozoya.
La constructora brasileña, #Odebrecht, salpicada por casos de corrupción en toda AL, no podrá participar en ningún contrato público en México durante cuatro años https://t.co/Lu7TI63tQI pic.twitter.com/XgMoTU4mXD
— MXvsCORRUPCIÓN (@MXvsCORRUPCION) December 13, 2017
También otro político mexicano está involucrado en estos sobornos millonarios. Se trata de Javier Duarte, quien también recibió una transferencia, a través de prestanombres, de un millón de dólares en una empresa offshore ubicada en Poza Rica, Veracruz. Todo esto durante los procesos electorales que llevarían a Duarte a la gubernatura del estado.
Además, se ha confirmado que este operador financiero de Odebrecht envió depósitos por más de 5.1 millones de dólares a una empresa ubicada en Veracruz. Estas operaciones fueron enviadas durante 2009 y 2010, justo entre el cambio de administración veracruzana entre Fidel Herrera y Javier Duarte, ambos priístas.