Deschamps no ha querido pararse frente a AMLO como presidente
Se han celebrado reuniones importantes en donde históricamente se reunían el presidente mexicano y el líder máximo de los petroleros mexicanos. Pero después de que López Obrador entrara a la presidencia, no ha habido ni un solo acto público en donde Romero Deschamps estuviera presente para verlo cara a cara. Esto deja ver un distanciamiento total entre el gobierno federal y el líder sindical más poderoso de México.
Y es que en medio del ausente apretón de manos entre estos dos personajes está toda una pesquisa profunda a los grandes saqueadores de Pemex. El tabasqueño ha prometido acabar de lleno con la corrupción dentro de la petrolera mexicana y todo apunta a que buena parte de los actos ilícitos dentro eran tolerados y hasta supervisados por Deschamps. Con amparos y un equipo legal costoso, el líder petrolero no ha aparecido en México.
Lo último que se supo de él es que había tomado unas vacaciones y no se sabe más. Romero Deschamps está siendo acusado por parte de sindicatos ajenos al suyo de haber orquestado los despilfarros y el robo multimillonario de gasolina dentro de Pemex. Con la ley arañando su cuello, el priista no ha querido ir a ningún evento oficial (algo que hacía con gusto en sexenios anteriores).
Poder desde 1993
Para entender el poder de Romero Deschamps hay que retroceder en la truculenta historia política de México. El priista ha controlado los destinos del sindicato petrolero más poderoso del país desde 1993 (durante la recta final del salinismo y un año antes de que Ernesto Zedillo se sentara, polemicamente, en la silla presidencial). Desde entonces adquirió un poder inmenso que no fue revisado por las administraciones de Zedillo, Fox, Calderón o Peña Nieto.
A la llegada de Obrador al gobierno, rápidamente se proclamó que no habría líderes sindicales que pudieran actuar como caciques. Esto pegó directamente en Romero Deschamps, un hombre acostumbrado al derroche de recursos y a aliarse directamente con las presidencias del momento para aumentar su poder y riqueza. Los esfuerzos morenistas por conseguir democracia sindical en el país han hecho que Deschamps no aparezca en ninguna reunión oficial.
Lealtad al PRI
La alianza de Romero con el poder quedó clara desde que lideró el sindicato petrolero. “Jamás haremos ninguna alianza con los enemigos de nuestro partido ni con los adversarios del señor presidente”, dijo. Por lo que quedó claro que si el PRI no estaba en el poder, los objetivos del líder sindical no serían satisfechos. La entrada de la izquierda al ejecutivo en diciembre del 2018 podrá marcar el fin de Deschamps como líder sindical e incluso terminar con el priista preso.
Mientras se ampara para no ser detenido, Deschamps solamente ha lanzado una carta en diarios nacionales en donde declaró que acompañas al presidente López Obrador en su cacería de corruptos dentro del sector energético mexicano. Pero buena parte de estas investigaciones apuntan directamente a él, por lo que parece que no estará presente en ningún acto oficial en donde se pare el presidente tabasqueño.