Murió el hombre más longevo de México a los 121 años
Jesús Castillo Rangel, o “Don Chuy” como era conocido popularmente, quien además era considerado como el hombre más longevo de México, falleció el pasado miércoles 20 de diciembre a los 121 años de edad a causa de varias complicaciones derivadas de una neumonía. Su deceso fue al sur de Quintana Roo, en el Hospital General de Chetumal.
Don Chuy vivía sólo en la comunidad de Nicolás Bravo, y en el año 2015 cuando cumplió los 119 años, El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) de Quintana Roo lo reconoció como la persona más longeva de la República Mexicana.
Nació el 24 de octubre de 1896 en la zona de Soconusco, Chiapas, tal acontecimiento y distinción de la persona más longeva, también era reconocido por el Archivo General de la Nación.
La familia #SEDESOL lamenta profundamente el fallecimiento de Don Jesús Castillo Rangel, el hombre más longevo de nuestro país. Descanse en paz Don Chucho, beneficiario de los programas sociales #ComedoresComunitarios #Prospera #PAM #Inapam @SEDESOL_mx @RosarioOY pic.twitter.com/HKnyul1QNy
— Sedesol Quintana Roo (@Sedesol_QRoo) December 21, 2017
Jesús Castillo solía contar que cuando apenas tenía 14 años de edad, vio como dio inicio la Revolución Mexicana, misma en la que le tocó combatir desde dos frentes, pues en algunas entrevistas que dio para algunos medios, relató que las primeras filas que le tocó cubrir fue las del ejercito carrancista, para después pasar a ser parte de las tropas comandadas por Emiliano Zapata.
Ya terminados los días de combate, Don Chuy se fue con su esposa Fidencia, a vivir al sur del país, donde tuvieron a sus dos hijos.
Jesús y su esposa Fidencia, pasaron 90 años juntos, hasta que ella falleció a la edad de 104 años, posterior a eso, se quedó viviendo sólo, apenas si mantenía contacto con sus hijos, quienes al día de hoy también ya son adultos mayores; uno de 74 años y el otro de 81 años.
Y en su ultima entrevista otorgada al periódico “Novedades de Quintana Roo” publicada un día después de que cumpliera los 121 años, confesaba que para él era un día normal, pero agradecía Dios por permitirle cumplir un año más de vida, y por dejarle volver abrir una vez su ventana y respirar el aire, ver el cielo y la tierra.
Pero a pesar de vivir los últimos años sólo en su casa, cada que era el día que cumplía años, era arropado por su comunidad, quienes cada que podían se mostraban orgullosos de tenerlo como vecino.
Jesús Catillo Rangel fue velado en su casa por gente de su comunidad, al lugar llegó Rosario Ortiz Yeladaqui, delegada federal de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), dependencia que estuvo al pendiente de Don Chuy en los últimos años, y quienes informaron que 15 días antes del deceso, empezó a sentirse mal y ya no podía ingerir alimentos, y poco a poco se fue complicando.
Los restos de Jesús Catillo Rangel fueron sepultados la tarde del pasado jueves en el cementerio de la comunidad de Nicolás Bravo, mismo lugar en el que descansan los restos de su esposa Fidencia.