Un periodista vacacionó en Venezuela y encontró esto en las calles
Si hay un país polémico en latinoamérica es Venezuela. Después de que Hugo Chávez muriera, el gobierno de Nicolás Maduro se ha esforzado por mantener el régimen comunista en una nación que fuera considerada en el pasado como “la más bella del mundo”. Ahora, un reportero argentino nos cuenta qué vio en las calles de este país después de tres años de ausencia.
Gustavo Contreras cuenta una realidad que no difunden los canales oficiales venezolanos, ni tampoco los diarios de mayor circulación nacional. En principio describe la crisis médica en el país. Los anaqueles vacíos y los enfermos haciendo fila. “Las personas pagan a contrabandistas de medicamentos por cosas básicas que no se consiguen”, dice, justo cuando el país anuncia que cerca de 125 farmacias cierran al mes por falta de productos.
Otro de los detalles que cuenta el argentino son los nuevos lujos en algunos pueblos venezolanos. Mientras que en el resto del continente americano es costumbre, en el pueblito de San Cristóbal comprar un pollo es todo un lujo. Gustavo cuenta que no hay dos cosas indispensables para comer este animal: no hay dinero y tampoco hay aves, por lo que la crisis ha hecho que ciertos alimentos escaseen de manera definitiva.
– En Corposalud trabajan de lunes a jueves porque no es rentable para los empleados de esta institución pública asistir a su trabajo los cinco días hábiles, ya que el pasaje de transporte público supera el sueldo.
— Gustavo Contreras (@GustavoECL) April 9, 2018
Para este viajero las cosas han cambiado drásticamente en Venezuela en apenas tres años. La pobreza, la enfermedad y la migración mantienen al país de Carolina Herrera sumido en un estado de emergencia en donde un enfermo de cáncer, por ejemplo, tiene que decidir entre trasladarse a otros pueblos para recibir tratamiento o bien hacerse de mucho dinero para pagar un hospital privado.
Gustavo no estuvo en Venezuela más de quince días y aún así nos cuenta que la crisis se puede ver en cada calle, sobre todo en las zonas más alejadas de Caracas, la capital venezolana. Cuenta que las escuelas están entrando en un sistema de letargo: los profesores han huido a países como Colombia o Brasil para mejorar su vida. Esto ha generado que las aulas estén vacías y algunos padres de familia tengan que impartir las clases.
– El límite máximo de dinero (10mil Bs) que se puede sacar de un cajero automático no alcanza ni para comprar una Maltín Polar de 350 ml.
— Gustavo Contreras (@GustavoECL) April 9, 2018
La crisis de educación en Venezuela mantiene al gobierno de Maduro haciendo planes desesperados. La violencia desmedida ha hecho que las aulas sean zonas ideales para ejercer el robo y muchos maestros han decidido abandonar sus labores ante condiciones de pobreza, inseguridad y malos pagos. Una educación que fuera aplaudida a nivel internacional es ahora un dibujo sin terminar.
– Los negocios del Sambil San Cristóbal empiezan a cerrar a las 6 de la tarde para que sus empleados puedan agarrar las últimas unidades de transporte público hacia sus casas. Los negocios que sobreviven, muchos cerraron.
— Gustavo Contreras (@GustavoECL) April 9, 2018
Por eso es que Gustavo se sorprende al ver la inseguridad en las calles. Al parecer, y sin anunciarse oficialmente, la vida fuera de la capital venezolana está en constante toque de queda. “Después de las 7 de la noche no se ven personas caminando en la calle. O te mueves en carro o pides un taxi (si consigues)”, cuenta. Todo gracias a los constantes asaltos a viviendas, atracos y saqueos que mantienen a los venezolanos encerrados con temor en sus hogares.
A punto de terminar su viaje de quince días, Gustavo vio cómo la tragedia ha abarrotado las fronteras venezolanas. Las más saturadas son las cercanas a Colombia, en donde se pueden ver filas enormes para hacerse de productos en la nación del vallenato. Muchos venezolanos usan esta vía para escapar del régimen de Nicolás Maduro y el chavismo, por lo que Gustavo asegura que muchísimos salen y sorpresivamente nadie entra a Venezuela.
– La Cruz Roja colombiana ofrece 72 horas de alojamiento, primeros auxilios, dos llamadas telefónicas por persona y acceso a internet a los migrantes venezolanos.
— Gustavo Contreras (@GustavoECL) April 9, 2018
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