Presidente de Chile ha declarado la guerra contra su pueblo
El caos en el territorio chileno se asoma después de acumular escándalos de impunidad y enriquecimiento por parte de los políticos locales. Sebastián Piñera hartó a la sociedad chilena con un fuerte incremento en el precio del metro capitalino, lo que generó una respuesta de miles de chilenos en las calles. La respuesta fue aplicarles toque de queda y brutalidad policiaca, antes que dialogar.
Ahora, el presidente de Chile ha dejado en claro que no piensa escuchar a los inconformes y declaró que su país está en guerra contra las personas que han salido a protestar. Estas actitudes recuerdan bastante a la dictadura chilena del siglo pasado y deja ver lo peor de la represión de un gobierno neoliberal que no considera el diálogo con el pueblo una opción válida.
Renuncia Piñera, el grito nacional
Lo cierto es que el inicio de las protestas ha logrado que las tarifas del metro chileno no subieran (recordemos que es uno de los más caros del continente), pero también ha quedado claro que el gobierno no va a tolerar que las personas salgan a las calles a marchar, activando represión policiaca y militar contra los jóvenes por las noches. La batalla ya rebasó los quince muertos y los miles de heridos (algunos de ellos heridos de bala).
Ahora las protestas no piden que se baje el precio del transporte público, el interés nacional es que Sebastián Piñera renuncie ante sus ataques agresivos a la sociedad chilena. El presidente mantiene el discurso de que todo es un plan orquestado por la izquierda para desestabilizar su administración, respondiendo con un plan de guerra. El anuncio lo hizo justo así, rodeado de militares.
Jóvenes protestan día y noche
Para lograr imponer su versión, Sebastián Piñera ha tomado el control de varios medios nacionales para pintar una historia muy distinta a lo que sucede realmente en las calles. Los jóvenes chilenos se han valido de Twitter, Facebook e Instagram para informar al mundo sobre las balas que suelta la policía, las detenciones arbitrarias, los policías inhalando cocaína y los atropellos a los derechos humanos durante el toque de queda.
Ante estas acciones, varias comunidades internacionales ya exigen también la renuncia de Piñera. Incluso se pueden apreciar videos de policías que se rehúsan a agredir al pueblo chileno, ante una avanzada claramente letal en contra de los inconformes. El discurso de los conservadores es que estas propuestas se salieron de control cuando se saquearon tiendas, se quemaron barricadas y se desobedeció el horario para regresar a casa.