A la CFE la deshizo Felipe Calderón y sus amigos: Bartlett
Después de que se destapara una enorme cloaca de corrupción dentro de la petrolera mexicana, toca el turno a la empresa energética federal. El presidente López Obrador ha ordenado una revisión total e inmediata a los contratos que mantiene la comisión federal de Electricidad (CFE) con algunas poderosas empresas privadas. La intención del tabasqueño es la de revisar si hay indicios de favoritismo o corrupción, algo que sucedió claramente en Pemex.
Esta orden pone en jaque al menos a dos expresidentes mexicanos: Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Ambos fueron los responsables de abrir estas empresas, tanto la petrolera como la eléctrica, a capital privado. Ahora se sabe que el gobierno obradorista ha estado revisando con lupa si se favoreció a ciertas internacionales en los últimos dos sexenios. La alerta de un posible conflicto de intereses la ha anunciado Manuel Bartlett, acusando al gobierno priista de darle contratos multimillonarios a al menos tres titanes.
Carso, TransCanada y IEnova han aparecido como los grandes beneficiarios para vender energía eléctrica a la empresa mexicana. La cifra que se entregó a este trío empresarial privado es de 5,000 millones de pesos, lo que obliga a la comisión eléctrica a pagarles tan solo en este año una cifra superior a los 16,000 millones de pesos. Rápidamente Felipe Calderón ha salido a defender al capital privado, asegurando que la CFE entraría en crisis sin ellos.
“México necesita organismos independientes que regulen al gobierno y a los particulares. Qué preocupante es que se vilipendie desde el poder a los órganos independientes de México”, lanzó el michoacano expresidente desde sus redes sociales, en donde mantiene una caliente discusión con el gobierno obradorista. Recordemos que hace unos días López Obrador lo acusó de “inmoral” por trabajar para privados beneficiados durante su sexenio, algo que se confirmó de inmediato.
Pero el michoacano conservador no es el único. Bartlett se lanzó a acusar a Ernesto Zedillo como otro presidente que sirvió a transnacionales después de su gobierno, junto con Carlos Sacristán, Georgina Kessel, Jordy Herrera Flores, Jesús Reyes Heroles y Alejandro Kaufman. Todos ellos forman parte de gobiernos priistas y panistas, desde la era Salinas hasta la de Calderón. Entre todos estos nombres suenan empresas privilegiados con contratos en la CFE como Avangrid e Iberdrola.
Para el nuevo gobierno es preocupante la cantidad de apertura que se les otorgó a los intereses privados en la CFE, al punto de casi llevar a la quiebra a la compañía de electricidad más importante en México. La revisión de los contratos dirá si hay algún conflicto de interés o si alguna empresa transnacional fue beneficiada de cierta forma por exfuncionarios o expresidentes. Calderón ha llamado a una investigación profunda para que se le deslinde de estas acusaciones.
El 50% de la energía que consumen los mexicanos ya no la genera la CFE. La mayoría de contratos celebrados durante los sexenios anteriores generaron que la empresa se endeudara para ceder prácticamente la mitad de su producción. Mucha de esta situación también se ha generado durante la administración de Enrique Peña Nieto, en donde se generaron contratos masivos en rubros como el petrolero o el eléctrico.
Todo llegó al punto de que México representa más del 50% de las ganancias globales de empresas como Iberdrola, en donde Felipe Calderón trabajó como miembro independiente del consejo de administración. Si bien el michoacano señala que no hay nada de ilegal en el proceso, el nuevo gobierno continúa señalando que es un tema poco moral. “Hay una campaña para acabar con cualquier entidad que haga el menor contrapeso al poder absoluto», lanzó Calderón.