Los Kawahivas: una historia de exterminio promovida por Bolsonaro | BREAKING

Los Kawahivas: una historia de exterminio promovida por Bolsonaro

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La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil representa un terrible golpe para las pequeñas tribus indígenas del gigante país sudamericano, uno de los casos menos visibles por ser una pequeña tribu, son los Kawahivas, conformada por apenas unas pocas docenas de miembros, supervivientes de oleadas de ataques violentos que los han llevado al borde de la extinción.


No se sabe casi nada de ellos, salvo que huyen de las sierras mecánicas y del genocidio en una región de la Amazonia que tiene la mayor tasa de deforestación ilegal del país sudamericano.


El territorio de los kawahivas se halla cerca de la ciudad de Colniza, una de las zonas más violentas de Brasil, donde el 90 por ciento de la renta viene de la tala ilegal para la industria maderera. A menos que las autoridades brasileñas actúen de inmediato, el genocidio de los kawahivas se cumplirá dentro de poco.


A menudo, las pequeñas tribus como los kawahivas son vistas como un obstáculo al avance de la agroindustria, las industrias extractivas, las carreteras y las presas. La Amazonia brasileña es el hogar de alrededor de 100 tribus aisladas, que constituyen la gran mayoría de la población no contactada del mundo. Son los pueblos más vulnerables del planeta.


A medida que se invade y se destruye la selva en nombre del progreso económico y del lucro personal, estos pueblos son atacados y liquidados por el simple hecho que forasteros codiciosos saben que pueden hasta matar con impunidad. Estos son genocidios silenciosos e invisibles, de los que apenas existen testigos.


Bolsonaro, el nombre del enemigo

Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, ha demostrado su franco racismo e intolerancia hacia la población indígena, incluso ha declarado: “Es una vergüenza que la caballería brasileña no fuera tan eficaz como los estadounidenses, que exterminaron a sus indios”.


Sus palabras de odio añaden combustible a una situación ya incendiaria: en los últimos meses los que quieren apropiarse de tierras indígenas han sido alentados y han proliferado los ataques a comunidades indígenas.

Bolsonaro ha prometido que bajo su presidencia no se protegerá “ni un milímetro” más de tierras indígenas. Sonia Guajajara, mujer indígena que integró la candidatura de otro aspirante a la presidencia en 2018, declaró durante la campaña: “En Brasil, hay una decisión política de no demarcar territorios y, cuando se niega [la demarcación] se condena una población entera al exterminio”.


Bolsonaro ha propuesto sacar a la FUNAI, el Departamento de Asuntos Indígenas responsable de los pueblos indígenas no contactados, del Ministerio de Justicia para ubicarla en el nuevo Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos.


Esto sin duda reducirá la eficacia e influencia de la FUNAI. Es más, ha nombrado como nueva ministra a Damares Alves, una predicadora evangélica y asistente parlamentaria. Junto con otras personas, ella fundó Atini, un grupo que se dedica a evangelizar en las comunidades indígenas que está siendo investigado por la fiscalía por incitación al odio racial en contra de los pueblos indígenas.