Deuda alcanza nivel histórico y Peña Nieto pide 10 mil millones más
Hacia marzo de este año, con José Antonio González Anaya, otrora titular de Pemex, al mando de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la deuda pública se ubicó en unos 10 billones 58 mil 766 millones de pesos, casi uno por ciento más de lo que hubo registrado en enero de este mismo año. Este monto de deuda es uno de los más altos que ha enfrentado nuestro país en varios sexenios, y a 19 semanas de que Peña Nieto concluya su gestión, ha solicitado a la Comisión de Valores de Estados Unidos una emisión de deuda por otros 10,000 millones más, informó Reuters.
De acuerdo a presidencia, este dinero será utilizado para cubrir propósitos generales del gobierno, incluyendo la recompra o la cobertura del endeudamiento local o externo; el presente sexenio ha sido, no obstante, el que ha elevado la deuda de una forma estrepitosa. En 2016 alcanzó un nivel sin precedentes en la historia, el de 48.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Al inicio del sexenio, la deuda se ubicaba en un 33.8% del PIB, para 2016 alcanzó la cifra de aquí arriba, y en 2017 cerró en 46.4 por ciento. De acuerdo a los datos de Hacienda, recuperados por Sin Embargo, ni siquiera los dos sexenios panistas, que se vieron atravesados por la importante crisis financiera mundial del 2008, la deuda llegó a los actuales niveles.
La deuda está a nivel histórico, y Peña pide otros 10 mil millones de dólares más, a 19 semanas de irse https://t.co/9kKcU1fr6w pic.twitter.com/RVKjMjwiVm
— Sin Embargo MX (@SinEmbargoMX) July 17, 2018
En este periodo, de 2000 a 2012, la deuda subió de 19.9% a 33.8% del PIB, lo que equivale a 13 puntos del por ciento. En contraste, en el periodo en que Luis Videgaray se desempeñó como secretario de Hacienda, de 2012 a 2016, la deuda se elevó de los 33 a los 44 puntos porcentuales del PIB, lo equivalente a 10.2 puntos del por ciento.
Es decir, el ritmo de crecimiento de la deuda en la presente administración, y específicamente de la mano de Luis Videgaray, ha sido el mayor; el ex canciller elevó la deuda a un ritmo del 69.78 por ciento, algo que no sucedió ni en la administración foxista, con Francisco Gil Díaz como secretario de Hacienda, cuando fue de un 44.41%, y ni durante el gobierno de Salinas de Gortari, cuando con Pedro Carlos Aspe Armella como titular de Hacienda, llegó a aumentar de un 51.42%.
Por otro lado, sólo en el sexenio de Calderón, con Carstens, Cordero y Meade como titulares de Hacienda, la deuda creció a un ritmo acelerado de 159%; y aún así, se ubicó en 37.2% del PIB, frente a los 46.4 puntos actuales.
Las calificaciones de nuestro país en materia de conducta de pagos, por otro lado, es bastante buena: según Moody’s, Fitch Ratings y otras agencias de calificación de riesgo, México está calificado con A3 y BBB+, respectivamente; lo que significa que sus pagos a la deuda son oportunamente recibidos, aunque la mayoría de los mismos estén destinados a la cobertura de intereses.
En contraste, el dinero contratado a la Comisión de Valores en los dos sexenios panistas y el presente, de acuerdo al reportaje de Sin Embargo, se repartió entre gobernadores a través de recursos de la federación enviados a la entidades, mientras que otros se quedaron en programas sociales asistencialistas, o duplicados, y otra parte en licitaciones no concluidas.
Hacemos un llamado para la creación de un verdadero #ConsejoFiscal. Trabajemos para que exista un análisis objetivo y de largo plazo del gasto, los ingresos y la deuda pública. @jldg71 https://t.co/3VHuMnLaOt
— Colectivo PE$O (@ColectivoPESO) July 9, 2018
Es decir, el incremento de la deuda no sirvió para elevar el gasto del Estado a actividades productivas, de desarrollo, o para inyectar a sus sectores prioritarios: inversión, educación y salud; “en 2012 el gasto en inversión fue de 4.3 por ciento del PIB, el de educación de 3.6 por ciento y el de salud de 2.8 por ciento, pero para 2017 estos tres rubros se redujeron a 2.6, 3.2 y 2.5 por ciento, respectivamente”, destaca el reporte.
Fue también durante 2017, que se destinaron la mayor cantidad de recursos a la amortización de la deuda; al cierre de aquel año, a ese rubro se destinaron 533 mil 351 millones de pesos: el monto más alto desde 1990. Derivado de ello, se espera que la deuda pública de 2018 cierre en 45.4 por ciento.