La ONU y López Obrador trabajarían juntos para evitar más corrupción en el gobierno federal | BREAKING

La ONU y López Obrador trabajarían juntos para evitar más corrupción en el gobierno federal

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Dentro de un posible gobierno de Morena estaría la intención clara de terminar con la corrupción tajante que lidera los intereses del gobierno de Enrique Peña Nieto. Esta es la principal bandera con la que el político tabasqueño, López Obrador, ha encaminado su campaña para el 2018. Según las encuestas, se haría con la presidencia y trabajaría por eliminar el lado corrupto de la burocracia mexicana.

Para asegurar que la promesa continúe, Obrador ya analiza una mancuerna con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que habría de vigilar los contratos y las licitaciones que generen en su posible gobierno. La tarea general será limpiar la imagen de la política mexicana que ha quedado bastante afectada después del sexenio del actual presidente de México, en donde la corrupción vía contrato federal fue la práctica más común.

Esta dupla anticorrupción estaría orquestada por Marcelo Ebrard, anterior jefe de gobierno capitalino. En una carta que presentó a los medios y la sociedad en general, Ebrard habría servido de enlace con el organismo internacional para apoyar como observador oficial en México. Para medir la relación ONU-México podemos citar el ejemplo de las recomendaciones que hicieron las naciones unidas ante agresiones a derechos humanos durante la era de Peña Nieto y cómo este las ignoró completamente. Incluso al punto de contradecirlas.

La ONUPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) se mostró animosa al ver la disponibilidad de la campaña de López Obrador para tratar temas de corrupción. “Estamos listos para que, transcurrida la elección en México, podamos iniciar conversaciones a fin de trabajar conjuntamente tanto en proyectos estratégicos, como asistencia técnica en adquisiciones estratégicas, así como en el diagnóstico independiente de aquellas propuestas que quieran llevar a nuestra consideración”, comenta la carta.

Para los mexicanos, la política nacional y la corrupción son prácticamente sinónimos. Es difícil generar una confianza total ante los destinos del dinero público que generan a través de los impuestos. El mandato de Enrique Peña ha sido alertado por instituciones nacionales e internacionales por el nivel de opacidad que ha tenido en la celebración de contratos y licitaciones.

Casos como el de Odebrecht-México, las empresas fantasma de Veracruz y los desvíos de La Estafa Maestra dejan en claro que la intención del gobierno federal del PRI fue la de saquear la mayor cantidad posible de recursos en sus operaciones más importantes. Para Peña hubo empresas favoritas que concentraron el 1.9% del total de los contratos con el gobierno en el país.

Para reforzar los saqueos, la administración de Peña, con mayoría en ambas cámaras legislativas, se esforzó por trabar a los árbitros anticorrupción. Santiago Nieto investigaba muy bien el caso de Emilio Lozoya-Odebrecht y por hacerlo fue despedido de la Fepade. Durante tres años, la secretaría de la Función Pública no tuvo un titular que encabezara un órgano encargado de revisar los abusos en contratos y licitaciones federales.

Para terminar con esta tradición nacional que implementó el PRI en el país, López Obrador ya empieza a mover sus fichas para los primeros cien días de su gobierno. A menos de un mes de las elecciones más costosas de la historia, el tabasqueño no parece tener un rival sólido que lo encare en las urnas. Ante la confianza, la ONU ya accedió a trabajar con él a partir del primero de diciembre del 2018.