Trump ataca de nuevo: premia la cacería de elefantes
No hay ley que no genere polémica mientras sea tocada por Trump. Las negaciones o los accesos que el mandatario norteamericano signa, siempre tienen una carga moral y política de fondo que alertan a prácticamente todo el mundo.
La más reciente ley que aprobó el mandatario es quizá innecesaria pero ha escandalizado lo suficiente para mantenerlo en los medios internacionales. Trump declaró que los trofeos de caza (específicamente los de elefantes cazados en África) podrán entrar de nuevo a territorio norteamericano.
¿Porqué defender esto? Sencillo, Trump y su familia son grandes fanáticos de la cacería. Sobre todo sus hijos, quienes no tienen ningún problema en publicar fotografías de ellos junto a cadáveres de animales que murieron perseguidos por sus armas. La dinastía Trump y sus seguidores, blancos norteamericanos, comparten ese gusto en común. Por lo que esta ley es un intento por agradar cada vez más a los sectores que hicieron al magnate llegar a la presidencia.
Esta ley que prohibía transportar hasta América partes de elefantes cazados, fue firmada por el expresidente Barack Obama en 2014. Buscaba condenar la cacería y además evitar que el marfil, los cosas o cabezas completas de estos animales ingresaran al país para glorificar el asesinato de animales. Ahora, todo ha dado un giro con la administración Trump.
Put big game trophy decision on hold until such time as I review all conservation facts. Under study for years. Will update soon with Secretary Zinke. Thank you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 18, 2017
Esta emisión de permisos no fue revisada a fondo, por lo que tanto Trump como las embajadas norteamericanas en dos países claves para la cacería de mamíferos en África han decidido detener esta iniciativa. Los territorios de Zambia y Zimbabue permiten la caza de elefantes argumentando que el dinero que traen los cazadores ayuda “a la conservación de las especies” de la región.
Según cifras de organizaciones independientes, la población de elefantes africanos se redujo casi un 30% entre los años 2007 y 2014. La cacería se ha disparado en la región y no es nada raro ver a millonarios o políticos republicanos con sus rifles en la mano y sus cámaras listas para retratarlos junto a los cuerpos de varios mamíferos africanos. La tendencia se impulsa con las recientes acciones de Donald Trump.
Una foto del hijo del presidente de Estados Unidos lo muestra orgulloso con la cola recién cortada a un elefante en su mano. Las reacciones de los ciudadanos de este país se dividieron. Muchos apoyan la cacería, ya que EU es un país con una larga tradición del hombre armado contra los animales, y muchos más condenaron las acciones de lo herederos de la fortuna Trump.
En su momento se canceló la entrada de estos trofeos al país ya que el gobierno norteamericano no estaba seguro de qué tanto se estaba aportando a la conservación de las especies con el dinero extranjero invertido en la cacería regulada. Esto preocupó a Barack Obama y, a falta de datos precisos que justificaran el proceso, decidió dar marcha atrás a esta colección de souvenirs africanos.
Trump ha dejado en pausa el tema, pero ha movido las piezas para que el debate se incremente. Entre tiroteos masivos dentro de su país y la trama rusa que ha opacado su mandato, Donald necesita urgentemente desviar la atención mediática. Y lo está logrando.