Todo indica que Alfonso Romo ha traído la inestabilidad al gabinete de AMLO
La sacudida que provocó la renuncia de Carlos Urzúa en la administración Federal todavía se siente. Las ganas de hablar del exsecretario de Hacienda tras su renuncia quedaron claras desde su reveladora carta, donde manifestaba inconformidades, pero no daba nombres.
En una entrevista con Hernán Gómez para Proceso, el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, reveló que Alfonso Romo, jefe de Oficina de la Presidencia, fue un obstáculo y una de las principales razones para su salida.
El ahora académico reveló las principales diferencias con uno de los hombres más fuertes de la actual administración:
«Ideológicamente Romo es un hombre de extrema derecha. Y en términos sociales oscila entre el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. ¿Cómo un hombre así, que llegó a admirar a Augusto Pinochet y a Marcial Maciel, acabó no solo siendo amigo de López Obrador sino incluso siendo el jefe de la Oficina de la Presidencia?», se cuestiona a su vez Urzúa.
Aunque no afirmó categóricamente que Romo tenga conflictos de interés, el exsecretario sí habló sobre la postura que tiene respecto a las actividades del jefe de la oficina presidencial.
«En la jefatura de la Oficina de la Presidencia se maneja a diario un cúmulo de información económica confidencial, uno quisiera que Alfonso Romo y sus familiares hasta de primer grado no tuvieran actualmente participación accionaria alguna en la Casa de Bolsa Vector».
Diferencias con Bartlett
Carlos Urzúa admitió que otro de los motivos de su renuncia fue Manuel Bartlett, titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
«Un alto funcionario y yo fuimos a comentarle al presidente hace unos días que lo que está haciendo la CFE no es en beneficio de México. En particular, le hablamos de un caso. Resulta que Bartlett, que tiene una fuerte visión estatista, encontró varios contratos de empresas extranjeras de construcción de gasoductos que para él son un robo a la nación», dijo Urzúa a Proceso.
Mencionó a las empresas Transcanada y Sempra, esta última tiene en su consejo a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, y con quien Urzúa veía problemas porque Bartlett no quiere cumplir contratos ya firmados con sendas compañías, lo que además podría dejar eventualmente sin gas a millones de mexicanos en la Península de Yucatán.
Se confiesa
Urzúa contó las veces en las que el presidente López Obrador se molestó con él. Por ejemplo, cuando renunció al cargo de secretario de Finanzas en el gobierno de la Ciudad de México en 2003. Hubo un distanciamiento, revela Urzúa.
También se molestó AMLO con Urzúa cuando, en 2006, luego de que Felipe Calderón fue declarado ganador de la elección presidencial, AMLO invitó a Urzúa a ser parte del gabinete «legítimo», lo cual rechazó Urzúa.
El ahora exfuncionario también reveló que en marzo la Secretaría de la Función Pública, a cargo de Irma Eréndira Sandoval, impulsó una reducción extra al gasto, lo cual consideró el exsecretario de Hacienda que fue excesivo y reveló la inexperiencia de Sandoval.
Otro tema en el que Urzúa no estuvo de acuerdo fue con la cancelación del aeropuerto de Texcoco, pues consideraba que ya se había hecho una gran inversión. Urzúa también dijo estar en contra del proyecto de la refinería Dos Bocas.