Los crímenes sin resolver se acumulan en un México lleno de violencia
Han pasado 5 días desde el homicidio de Aideé Mendoza, estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente (CCH), y las autoridades no han podido dar información que explique lo sucedido el día que la bala calibre 9 milímetros la hirió y le quitó la vida.
Al día de hoy, el asesinato cometido en contra de Aideé se remite a ser uno más de los que todos los días se comenten en uno de los países más violentos de la región, el cual ostenta un índice del 90% de impunidad con respecto a los homicidios que se comenten.
Por su parte, las autoridades de la Ciudad de México no han ofrecido ninguna rueda de prensa o algún comunicado que explique cuál fue el móvil del asesinato.
De acuerdo con datos de Animal Político, la capital del país supera el 76.5% de impunidad en poco más de 6 mil casos de homicidios que se han suscitado entre el año 2010 y 2016, lo que significa que sólo mil 471 casos han llegado a una sentencia.
Mientras que a nivel nacional solo 1 de cada 10 homicidios se resuelven, es decir, así como en el caso de la estudiante del CCH Oriente, también existen casos en todo el país que queda sin resolverse y se remiten a la impunidad.
En el caso de Aideé Mendoza, las autoridades de la Ciudad de México se han reservado dar información bajo el argumento de la secrecía de la investigación, aunado a que diferentes hipótesis que tratan de dar explicación a lo sucedido han sido publicadas en los medios de comunicación, pero hasta ahora no hay ningún dato que dé certeza de lo sucedido.
Las hipótesis
Desde el 29 de abril, día en el que sucedieron los hechos, primero se informó que una estudiante del CCH Oriente había sido herida por alguien que le había disparado con un arma calibre 22 milímetros; unos días después surgió la hipótesis de que el responsable de la agresión había disparado desde el pasillo, debido a que ninguno de los que estuvo dentro del salón salió positivo en las pruebas de rodizonato de sodio.
Posteriormente, se informó que el proyectil que le había quitado la vida a Aideé Mendoza, había sido de 9 milímetros y que el responsable pudo haber disparado desde un predio que se ubica a 300 metros del campus. Pero la última información cambió y ahora aseguran que el arma pudo haber sido percutida desde unas instalaciones aledañas pertenecientes a la Secretaría de Marina.
La fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy ha sido la única autoridad que ha declarado ante los medios de comunicación, pero la información que da a conocer hace que surjan más preguntas que respuestas.
El pasado jueves, Ernestina Godoy aseguró que los peritos aun se encontraban en la labor de saber por dónde había entrado la bala, dado que “no pudo haber sido dentro el salón”. Lo único que pudo asegurar es que la trayectoria de la bala fue de “arriba hacia abajo” y había impactado en el abdomen de la estudiante de 18 años de edad.
Pero la poca información ha dejado en claro que las opciones de que la bala proviniera de fuera del salón son de las más probables para la autoridades que investigan.
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