Humberto Moreira no pudo silenciar a historiador que lo exhibió
Fueron años de persecución legal para el periodista Sergio Aguayo. Este último escribió una polémica columna en donde acusaba directamente al exgobernador de Coahuila por plagar de acusación su gobierno estatal. Las frases usadas en la publicación del periodista e historiador encendieron al político priista que rápidamente acudió a recursos legales para silenciar la avanzada escrita de Aguayo, un reconocido historiador mexicano.
El conflicto se basó en posibles daños a la moral de Moreira, una práctica bastante común en México para intentar acallar a investigadores incómodos para el poder (algo que en muchas ocasiones logra su cometido, después de someter a comunicadores a presión legal y psicológica para abandonar un tema en específico). En el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo en el mundo, la decisión del juez por fallar a favor de Aguayo en un respiro democrático.
El encontronazo entre ambos no paró durante años, en donde el periodista continuaba defendiendo sus opiniones, mientras que el político metía toda la fuerza legal para silenciarlo y hacerlo retractarse por lo que escribió. Las palabras de Aguayo eran bastante fuertes: «Moreira es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila”, escribió.
Todo esto mientras el priista mexicano había escapado del país y fue detenido en España. Pero la justicia internacional tampoco funcionó, ya que Moreira fue liberado a la semana siguiente, en lo que se conoce como un caso gravísimo de la impunidad mexicana, aseguró Aguayo. A partir de entonces, la vida del periodista fue amenazada con toda la fuerza legal posible. Pero el día de hoy un juez ha asegurado que no hay daños a la moral por parte del historiador mexicano, por lo que este acoso legal ha terminado.
Para sustentar sus palabras, Aguayo acumuló los datos oficiales sobre el enorme endeudamiento que dejó el exgobernador de Coahuila, rayando los 2,500 millones de dólares, además de supuestos vínculos con un grupo letal del crimen organizado en el norte del país. Cuando fue detenido en territorio español, Moreira gritó su total inocencia ante acusaciones de lavado de dinero, organización criminal, malversación de fondos y el delito de cohecho. Liberado rápidamente, prometió regresar a la política mexicana como si nada.
Después de todas las críticas recibidas, Moreira escogió particularmente la escritura de Sergio Aguayo para exigir 10 millones de pesos por daños a su imagen y su moral. La denuncia era fuerte, ya que el historiador tuvo que armarse rápidamente de un equipo de abogados para sostener su defensa: algo que hoy, años después, le rinde frutos y marca un duro golpe a las intenciones de Moreira por acallar a un periodista e historiador bastante popular en los medios nacionales.
Aguayo asegura que este es uno de los métodos más comunes para silenciar a periodistas mexicanos. Pero ha corrido con suerte, la mayoría de los comunicadores nacionales que enfrentan acusaciones similares terminan siendo amenazados, golpeados, secuestrados o incluso muertos. «Mi caso evidencia que los métodos de acoso a los periodistas en México no sólo consisten en amenazas de muerte, sino también en el hostigamiento judicial”.
Con información del periódico El País.