Se vende comida chatarra en el 98% de las escuelas mexicanas
Un análisis realizado por las organizaciones Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), reveló que en 98% de las escuelas mexicanas se vende comida chatarra, pese a que está prohibida desde 2015.
Los resultados se dieron a conocer a través de la plataforma Mi Escuela Saludable, la cual mostró que durante el ciclo escolar 2018-2019 se recibieron 4 mil 748 reportes, provenientes de 4 mil 126 escuelas públicas y privadas de todos los estados de la República Mexicana.
Azúcar en las escuelas mexicanas
De acuerdo con las ONG´s, las cifras son preocupantes, pues que no existe una regulación en el consumo de azúcares procesados que están teniendo la mayoría de los niños mexicanos, incluso en el caso de las bebidas, pues 74% de las escuelas públicas y privadas siguen vendiéndolas.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, dio a conocer que uno de cada tres escolares en México es obeso, lo que representa 30% de la población infantil; sin embargo, la cifra aumenta a 50% cuando concluyen la educación primaria.
Asimismo, este análisis mostró que los niños tienen por lo menos cinco oportunidades para consumir alimentos durante el horario escolar y prácticamente una oportunidad para realizar actividad física a la semana.
Lo cual, con el paso de los años puede incidir directamente en su salud, ya que las estadísticas señalan que de no hacer nada, uno de cada dos menores nacidos a partir del 2010 desarrollará diabetes.
Redim encontró que, en el caso particular de las bebidas, 63% de los centros escolares mexicanos cuenta con una oferta de bebidas azucaradas, y en 55% de los planteles hay publicidad de éstas al interior.
Sólo comida chatarra
En lo que respecta a la oferta de alimentos saludables, dentro y fuera de las escuelas, en 75% de los casos se demostró que no existe una oferta suficiente de fruta ni verdura y sólo una de cada nueva tiene un bebedero de agua natural en sus instalaciones.
“El Estado tiene la obligación de cumplir con la regulación de alimento y bebidas en las escuelas, lo cual contribuirá a garantizar el derecho a la salud y a la alimentación, cumpliendo con lo señalado en la Ley General de Educación y la Ley General de Derechos de Niña, Niños y adolescentes”, indicó Sandra Mejía, responsable del área de legislación y políticas públicas de Redim.
En cuanto a las causas que originaron esta situación, el estudio informó que, en la mayoría de los casos, se debe a los malos hábitos individuales de consumo, resultado de un entorno que promueve la obesidad, denominado ambiente obesogénico.
Dentro del ambiente familiar, el organismo indicó que la escasez de recursos económicos y la falta de tiempo de parte de las madres de familia, quienes en su mayoría son las encargadas de vigilar el cuidado de los menores, son lo motivos principales para la compra de azúcares procesados.
Por otro lado, respecto a las autoridades, el desconocimiento de la prohibición para la venta de estas bebidas y alimentos, prevista en la Ley General de Salud, publicada en 2015; además de la falta de designación de recursos económicos suficientes del erario para el presupuesto de la SEP para el sostenimiento de las escuelas primarias y para la implementación de los lineamientos.
Lee el análisis completo en Mi Escuela Saludable