México apuesta por una «dieta del campo» para lidiar con la pandemia
Han pasado meses desde que se reportó el primer caso de coronavirus en México. Con poco margen de movimiento, el gobierno mexicano propuso el encierro voluntario en casa para prevenir más contagios, mientras enfermaban gravemente miles de diabéticos, obesos e hipertensos. Ahora México apuesta por una «dieta del campo» para lidiar con la pandemia.
El tema principal es que las enfermedades que ya mencionamos mantienen al país como uno de los más afectados por la azúcar y la comida chatarra en el planeta. Es por eso que desde el gobierno federal, tres meses después, se invita a los mexicanos a comer sanamente, conocer los alimentos que se llevan a la boca y hacer ejercicio diario.
Estas prácticas de sana alimentación se dan en el país gracias a organizaciones civiles, pero nunca fue una tarea del estado. Ahora el gobierno de López Obrador acata las recomendaciones de Hugo López-Gatell de impulsar una dieta basada en los productos del campo mexicano, buscando, de alguna forma, evitar que se consuma demasiada comida chatarra.
Pero esta misión no contempla prohibir la venta masiva de refrescos con dosis peligrosas de azúcar, alimentos procesados, grasas transgénicas y otros productos de fácil acceso, y bajo costo, que permean por toda la nación. El único gran avance en los últimos meses ha sido el nuevo etiquetado que informará más claramente qué se está consumiendo.
Ventajas del campo mexicano
México es un país productor de frutas, cereales, carnes, verduras y otros alimentos de origen natural. Los alimentos orgánicos son de fácil acceso y circulan por el mapa nacional a precios bastante accesibles para un país sumido en la desigualdad. Aún así, hoy en día es posible encontrar más fácilmente coca-cola que agua potable en algunas comunidades rurales mexicanas.
La campaña del gobierno busca “generar conciencias ante enfermedades crónicas que, en el contexto de la pandemia, hacen vulnerables a millones de mexicanos que padecen hipertensión y diabetes”. El presidente López Obrador afirmó que esto no significa que se vayan a prohibir ciertos productos populares en el país que han generado la ola de obesidad y diabetes (sobretodo en niños).