Denuncian a Norberto Rivera por encubrir a 15 sacerdotes pederastas
Tras casi 15 años de batalla legal, el ex sacerdote Alberto Athié logró que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tome el caso de la denuncia al ex arzobispo Norberto Rivera Carrera por encubrir a 15 sacerdotes pederastas.
La denuncia corresponde al presunto encubrimiento de parte de Rivera a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y otros sacerdotes, quienes supuestamente cometieron abusos contra menores.
Encubrir a pederastas
De acuerdo con un artículo publicado en La Jornada en octubre de 2007, el camino de Athié comenzó en últimos años de la década de los noventa, cuando las tras muerte del padre Manuel Fernández Amenábar, ex rector de la Universidad Anáhuac y víctima en su infancia de abuso por el padre Maciel; Athié denunció a Maciel ante Norberto Rivera.
Luego de comprobar la postura de Rivera, dada a conocer mediante una conferencia de prensa, donde Rivera indicó que las acusaciones contra Maciel eran parte de un complot contra la Iglesia Católica; Athié descartó la posible ayuda de Rivera.
Así fue que, en 2003, Alberto renunció al sacerdocio y se convirtió en un activista que lucha contra la pederastia dentro de la Iglesia, cuyo principal objetivo es obtener justicia para las víctimas.
En 2007, el ex sacerdote junto con otro grupo de personas, denunció por primera ocasión a Rivera ante la Procuraduría General de la República (PGR), por el encubrimiento a los sacerdotes agresores.
“Durante seis años, traté de que el cardenal Rivera y el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, me escucharan acerca del crimen del abuso sexual y otras formas de manipulación que el padre Maciel cometió contra Juan Manuel Fernández Amenábar cuando era niño”, escribió Athié en una denuncia presentada a la Corte Superior de California en 2003, indicó La Jornada.
“Lamentablemente dentro de la institución nunca tuve la oportunidad de ser escuchado y ahora, es importante expresar mi punto de vista sobre la problemática del modelo estructural de comportamiento de las autoridades eclesiásticas para encubrir pederastas, a fin de que se empiecen a generar procesos de jurisprudencia”, dijo Athié en 2007 al citado medio.
Sin embargo, la respuesta de Ratzinger fue poco alentadora al informar que el padre Maciel, acusado de los abusos fue una persona muy querida para Juan Pablo II, jerarca católico en aquel entonces, por lo que no se podría abrir el caso.
Rivera, 11 años lejos de la justicia
Ante este panorama y pese a la insistencia de los activistas, la PGR se negó a darles acceso a la carpeta de investigación, por lo que recurrieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien también les negó el acceso en aquel entonces.
11 años después, tras agotar todos los recursos y luego de que la SCJN declaró improcedente el último amparo promovido por Athié y José Barba, para conocer la carpeta de investigación que se abrió en junio pasado contra el ex arzobispo; la CIDH tomó el caso.
“Vamos a apelar a instancias internacionales para que revisen el caso y si se actuó o no conforme a derecho. Nosotros creemos que no se actuó conforme a derecho y lo vamos apelar. No estamos apelando el derecho a la información”, explicó Athié.
El reclamo de los denunciantes pretende revelar públicamente los nombres de los sacerdotes pederastas protegidos por Rivera Carrera, para conocer si aún ofician en parroquias, poniendo en riesgo la integridad de otros menores.
Asimismo, el reclamo también alude a conocer el nombre las víctimas de estos religiosos, para acercarse a ellas y poder proporcionarles la ayuda que requieran.
“Estamos apelando al derecho a coadyuvar en materia de justicia por el bien de tantas víctimas implicadas y el derecho a la verdad”, dijo Alberto Athié en entrevista con Reforma.
Cabe destacar que en diciembre de 2016 Rivera dio a conocer en conferencia de prensa que supo de 15 sacerdotes pederastas en su arquidiócesis, a quienes denunció ante el Vaticano y éste los castigó.
Aunque, de acuerdo con Athié y sus compañeros activistas, lo relevante es que pese a que Rivera conocía los casos nunca denunció a los sacerdotes agresores ante las autoridades civiles, como le correspondía hacerlo, motivo en el que se basa la denuncia por encubrimiento.
Con información de La Jornada, Reforma, Proceso y Revolución 3.0
