En México, las mujeres se van a la cárcel por partos y abortos espontáneos
Dafne McPherson Veloz tiene 28 años y está condenada a 16 años de prisión por homicidio agravado en contra de su hija recién nacida. La realidad es que Daphne tuvo un parto espontáneo en el baño de la tienda Liverpool donde trabajaba y la bebé no sobrevivió.
Los hechos ocurrieron el 17 de febrero de 2015, cuando la joven busca a la enfermera de la tienda, ubicada en Querétaro, porque se sentía mal. Al no ser atendida, la mujer acudió al baño y antes de poder sentarse en el WC sintió como algo salía de su cuerpo, mientras ella se desmayaba de dolor.
Dafne no sabía que estaba embarazada. Un año antes le diagnosticaron hipotiroidismo, un problema de la tiroides que le provocó aumento peso, menstruación irregular y cansancio, síntomas que a su vez no le permitieron detectar que iba a tener un bebé.
El shock por el parto, los dolores, el desgarre del perineo y la hemorragia que tuvo no le permitieron reaccionar a tiempo, de hecho se desmayó en varias ocasiones. La ambulancia privada llegó 48 minutos después del parto y Dafne fue trasladada a un hospital 87 minutos después de la llegada de los cuerpos de emergencia.
En ese tiempo, los paramédicos, las enfermeras y todo el personal que se encontraba en el baño no brindó los primero auxilios a la bebé, que estaba en la taza del baño, y murió por falta de atención médica.
Pese a la negligencia de estas personas, fue Daphne la acusada de haber asesinado a su bebé recién nacido. En el traslado al hospital, la joven ya iba en calidad de detenida y un elemento de la policía la custodió.
Ese día, la Fiscalía General del Estado de Querétaro abrió una investigación por el delito de aborto, aunque después clasificó los hechos como homicidio calificado, responsabilizando de todo a Dafne.
El caso de esta joven no es el único en el país. De acuerdo con el informe Maternidad o Castigo, de la organización GIRE, entre 2007 y 2016 se acusaron a cuatro mil 246 personas por el delito de aborto.
De ese total, 228 fueron sentenciadas, principalmente en el Estado de México, Veracruz, Tamaulipas, Sonora e Hidalgo. Y 53 de ellas terminaron en la cárcel con una sentencia definitiva, como Dafne.
El estudio señala que las autoridades realizan investigaciones ministeriales basadas en las creencias de los empleados o en las ideologías y creencias de la población, sin apegarse a la ley y los derechos que tienen las mujeres.
Esto ha permitido que las autoridades ministeriales y el personal de salud siga trabajando sin conocer sus obligaciones y apegarse a sus creencias personales, lo que impide el acceso a servicios legales, como el aborto, y les autoriza criminalizar a las mujeres que presentan emergencias obstétricas.
Y es que el caso de Dafne no es el único. El estudio de GIRE cuenta con al menos 20 historias de mujeres que han sido acusadas de asesinar a sus hijos , ya sea por exigir un aborto por violación, pero también por presentar una emergencia que termina con la pérdida del bebé.
Está el caso de Paola, una joven que tenía 20 años y 25 semanas de embarazo, cuando tuvo un aborto espontáneo. El personal del Hospital de la Mujer de Aguascalientes presentó una denuncia ante el Ministerio Publico, por creer que Paola se había provocado un aborto.
Días después se enteró que había una averiguación previa en su contra por el delito de aborto doloso. Desde entonces, Paola vive en incertidumbre porque su situación legal no se ha resuelto, a pesar de que un juez aseguró que no existían pruebas suficientes para demostrar el delito.
O el caso de Concepción, una mujer de 25 años que vendía periódicos en el puerto de Veracruz y acudió a la Cruz Roja local porque tenía fuertes dolores en el abdomen. Al revisarla, los médicos le dijeron que estaba embarazada, situación que ella desconocía.
En medio de la emergencia, la mujer pidió ir al baño y allí ocurrió el parto, el bebé fue expulsado en el inodoro y murió. Al igual que Dafne, fue acusada de homicidio doloso y pasó 7 meses en la cárcel; fue liberada porque el juez que llevaba su caso decretó que no había elementos en su contra para acusarla.
Todas estas mujeres han sido víctimas de los prejuicios de los servidores públicos, pero también de la mala interpretación de la ley y las fallas en el sistema judicial para llevar los casos.
GIRE señala que son muy pocos los casos en los que se toma en cuenta el estado psicológico de la mujer cuando ocurre este aborto espontáneo. Tampoco consideran sus antecedentes médicos y las razones por las cuales desconocían que estaban embarazadas o las que pudieron provocar el aborto.
En el caso de Dafne, las autoridades apenas permitieron que la defensa presentara la pruebas sobre estos temas para que Dafne pueda demostrar su inocencia. Si bien esto no le permitió salir de la cárcel, por lo menos abrió un resquicio para que la joven pueda probar que no es culpable de la muerte de su hija.