Lula da Silva siempre no podrá salir de la cárcel por una batalla entre jueces
Después de que el partido de los Trabajadores en Brasil celebrara esta mañana una orden en donde se solicitó la libertad inmediata de Lula da Silva, un juez más ha frenado el festejo. Los brasileños tuvieron un domingo lleno de tensión, después de que por la mañana se anunciara la libertad inmediata y, más tarde, la derecha no permitiera que el candidato presidencial de izquierda abandonara la prisión carioca.
Los medios brasileños reportaban cada minuto de la historia. En principio, la líder del partido de izquierda, Gleisi Hoffmann, aseguró que la orden para liberar a Lula representaba “una victoria de la democracia” en un país en donde la fuerza legal entre políticos ha sido el principal ataque de cara a las elecciones del próximo mes de octubre. La derecha de inmediato aseguró que la orden no tendría validez y el juez Gebran Neto frenó la salida del expresidente.
Con este jaloneo legal, Lula no puede abandonar la prisión, en donde podrá pasar de nueve a doce años por cargos de corrupción. La intención de la izquierda es liberarlo de inmediato para que alcance a participar en las elecciones presidenciales de este año. Lula es el favorito en las encuestas y de ganar podría evitar la cárcel como presidencia por segunda ocasión. En contraste, la derecha no quiere que Lula participe y su intención es la de borrar al izquierdista por completo.
#Urgente l Fundación Internacional de Derechos Humanos (@Declaracion) afirma que Lula es un preso polítio y decide "conceder el estatuto de prisionero de conciencia bajo arresto arbitrario al presidente Lula", afirma. #LulaLivre
NOTA DE PRENSAhttps://t.co/Wo00hL6V97 … pic.twitter.com/Is5koZ520h
— André Vieira (@AndreteleSUR) July 9, 2018
El tema Lula ha sido una constante lucha entre jueces. Sergio Moro, el catedrático que encabezara la operación Lava Jato, ha recurrido a todas sus posibilidades legales para mantener preso a da Silva. Para Moro, que la constructora OAS le regalara un departamento de lujo al presidente es un claro ejemplo de tráfico de influencias. El juez Rogerio Favreto insiste en que la derecha brasileña ha detenido de mala forma a da Silva, por lo que debería quedar libre de inmediato. Gebran Neto opera también a favor de Moro.
La guerra política en Brasil se ha llenado de casos en donde un candidato arrastra acusaciones de lavado de dinero, corrupción y tráfico de influencias. Desde Brasil salió el tremendo caso de Odebrecht, que operó con sobornos en prácticamente toda América Latina. Incluso el tema tocó a México, a través de Emilio Lozoya, coordinador de campaña de Enrique Peña Nieto, actual presidente. Y es en Brasil en donde más gente ha sido arrestada por estos sobornos.
Tras idas y vueltas y la demora de la Policia para liberar a Lula, el pdte del Tribunal 4to de Porto Alegre lo mantiene preso y la disputa vuelve al comienzo. Lo que no vuelve al comienzo es el grado de noción sobre el carácter político del proceso. @ConexiontlSUR pic.twitter.com/a9jc0SYoKp
— Nacho Lemus (@LemusteleSUR) July 9, 2018
Lula quiere ser presidente una vez más y estar encerrado en prisión no lo detiene. Enfurecido y harto de lo que llama una red de acusaciones en su contra, Lula les dio hasta el 15 de agosto a sus detractores para reunir evidencia en su contra. De no lograrlo, Lula se inscribirá como candidato a la presidencia. El expresidente gana con 33% en las encuestas cariocas, seguido por el ultraderechista Jair Bolsonaro, con apenas un 15%. La intención de la derecha es no dar posibilidad a que el expresidente de postule, lo que llevaría a Bolsonaro a un incómodo primer sitio.
Lula seguirá en prisión y el tiempo para sacarlo de ahí se acorta. La izquierda seguirá presentando recursos legales para asegurar que Lula esté libre antes de octubre. Mientras que la derecha también empuja acciones legales para que el brasileño pase al menos una década encerrado.