Si pasara en México, Trump evitaría la cárcel por lo que hizo
Las investigaciones que la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha emprendido formalmente en contra del presidente Donald Trump, para que sea destituido de su cargo y enjuiciado políticamente, se ha convertido en el tema central que ha acaparado la atención de la opinión pública estadounidense.
La bomba contra el presidente Trump estalló el pasado martes 24 de septiembre, cuando la presidente de la Cámara baja, Nancy Pelosi anunció las investigaciones contra el mandatario, que deriva de una transcripción de una llamada que el presidente estadounidense realizó con su homologo de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
Pelosi reveló que Trump presionó al mandatario ucraniano con el fin de que realizara una investigación contra el exvicepresidente y aspirante presidencial Joe Biden y su hijo Hunter Biden.
Esta polémica tiene prácticamente dividida a la población debido a que una encuesta publicada por YouGov, indica que el 55% de los estadounidenses cree que es necesaria la investigación contra el presidente, mientras que el 45% que piensa que no se necesita hacer el proceso.
Esta no es la primera vez que un presidente de ese país es señalado por haber actuado ilegalmente en contra de sus adversarios políticos.
Algo similar ocurrió el 8 de agosto de 1974, cuando Richard Nixon tuvo que renunciar a la presidencia por haberse comprobado su implicación en el caso Watergate, el cual constató que exagentes de la CIA y colaboradores cercanos al presidente habían entrado ilegalmente a las oficinas del Partido Demócrata, esto derivó en acusaciones por robo, conspiración e intervención de las comunicaciones.
Si Trump fuera presidente de México
A diferencia de México, en Estados Unidos un presidente en ejercicio no necesita haber cometido un acto ilegal para ser enjuiciado, pero se puede abrir un proceso en su contra por traición, soborno u otros delitos menores.
Cuando los fundadores de Estados Unidos instituyeron la figura presidencial, también incluyeron en su Constitución un procedimiento para destituir a un mandatario, en caso de que haya abusado de sus poderes.
Mientras que en México, la Constitución está instituida con el fin de proteger a la figura presidencial, aún después haber concluido su mandato.
El artículo 108 Constitucional señala que un presidente, durante el tiempo de su mandato, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común.
En este mismo contexto, el artículo 110 indica que las figuras que pueden ser sujetas a un juicio político aplica a diputados, senadores, ministros de la Corte, el Fiscal General y consejeros electorales, pero no contempla al presidente de la República.
Además de que el artículo 111 protege al presidente en el sentido de que sólo el Senado puede acusar a un mandatario en los términos que el artículo 110 indica.
Esto significa que, si Donald Trump fuera el presidente de México, sólo podría ser llevado ante la justicia por traición a la patria o delitos del orden común, además de que dependería mucho la conformación partidista del Senado, para abrir un proceso en su contra.
¿Podrán destituir a Donald Trump?
En el actual caso de Donald Trump, los legisladores Demócratas tendrían que obtener una votación a favor por mayoría simple en la Cámara de Representantes, y posteriormente el magnate tendría que enfrentarse a un juicio político en el Senado.
Actualmente, los demócratas cuentan con 235 de los 435 escaños de la Cámara baja, por lo que no tendrían mayor problema en acusar a Trump sin el apoyo de los republicanos.
Sin embargo, una vez que el proceso llegue al Senado, se tendrían que requerir 67 votos a favor para que el presidente sea destituido de su cargo: los republicanos ostentan la mayoría con 53 escaños y los demócratas sólo tienen 45.