Desaparecer buscando a sus desaparecidos
En el país dónde cada año desaparecen cientos de personas cada año en situaciones poco claras, un drama agobia a aquellos que buscan a sus familiares, el desaparecer buscándolos. Desde el 2006, más de 40 mil personas han desaparecido en México.
María Herrera es la cara visible de más de veinte familias que han perdido a sus familiares buscando a sus parientes desaparecidos. Con los ojos pequeños y negros y cabello cano, escarba en la tierra con una vara un cerro en Huitzuco, en búsqueda de los restos de alguno de sus hijos desaparecidos.
«Recuerden que los cuerpos sueltan gases y hacen que la tierra se eleve y luego cuando se descomponoen más se miran más hundimientos». Así dirige a más de cien personas que buscan a sus familiares desaparecidos con lo que tengan a la mano de forma independiente en el violento estado de Guerrero.
El camino al no retorno.
María tuvo ocho hijos en Pajuacarán, Michoacán, un municipio dedicado principalmente a la agricultura. Sus hijos revolucionaron las actividades de la localidad, dónde incursionaron con la venta de vajilla y después con la venta de oro por el país.
Dos de sus hijos, Raúl, de 19 años y Jesús Salvador, de 24, llegaron a Guerrero en un momento desafortunado. En aquel momento de agosto de 2008, el viaje empresarial de sus hijos tomaría un giro oscuro al verse en medio de un ajuste de cuentas entre los cárteles del crimen organizado.
Juan Carlos, uno de los hermanos herrera, narra cómo junto con 5 empleados y 1 millón de pesos en efectivo y oro, terminaron por desaparecer en Atoyac. «Mis hermanos desconociendo esa información, llegan a Atoyac de Álvarez».
Juan Carlos cree que algún cártel de Guerrero los confundió con otros narcotraficantes de un grupo rival, razón que terminó en su detención con la colaboración de policías locales corruptos.
Tras su desaparición, la familia empezó a buscar a sus hermanos por cuenta propia. Llegaron incluso a contratar a investigadores privados, fueron a pedir ayuda al gobierno y muchas otras cosas. Sus esfuerzos fueron en vano y el padre de los hermanos, Guillermo Trujillo, falleció de un infarto cerebral en febrero de 2009.
A la tragedia se sumó, que se quedaron sin dinero y fue ahí cuando decidieron retomar el negocio del oro. Luis Armando y Gustavo, de 25 y 27 años, respectivamente, regresaron a la venta del metal precioso.
Desaparecidos buscando desaparecidos
Su madre recuerda que sus hijos le dijeron que regresarían al negocio para poder tener dinero para buscar a sus hermanos. «Vamos a trabajar para buscar a nuestros hermanos porque igual la delincuencia se los lleva a diferentes partes y ojalá que los encontremos».
Su historia terminaría similar a la de sus hermanos. El 22 de septiembre de 2010, Gustavo Trujillo Herrera, se comunicó por última vez con su esposa desde Poza Rica en Veracruz. Ese fue el último día que supieron de él, ni de su hermano, Luis Armando.
Después de realizar la llamada, los hermanos fueron detenidos por policías. Juan Carlos sospecha que cuando ambos le mencionaron a los policías que estaban en búsqueda de sus hermanos desaparecidos, los oficiales decidieron «desaparecerlos».
María Herrera decidió no descansar, ella junto con sus cuatro hijos, se trasladaron al centro del país, para continuar con sus investigaciones. Incluso llegó a pedirle ayuda a Felipe Calderón en un acto público, sin embargo, no logró nada. En 2016, decidió hacer su primer rastreo en Veracruz.
Asesorada por antropólogos forenses, aprendió técnicas para la búsqueda de cadáveres, como clavar varillas en T para saber si hay gases bajo la tierra producto de la descomposición. A día de hoy, sigue buscando a sus cuatro hijos desaparecidos.
«México es una enorme fosa clandestina»
«México es una enorme fosa clandestina», reconoció en su momento, el subsecretario de Derechos Humanos del gobierno de López Obrador, Alejandro Encinas. Las cifras oficiales arrojan que se han hallado cuando menos 26 mil cadáveres en fosas clandestinas que no han sido identificados y aún yacen en las morgues, dijo Obrador.
Recientemente el gobierno de Obrador anunció un plan para la búsqueda de los desaparecidos en México, incluyendo la creación de un nuevo instituto forense para la realización de las investigaciones.
Mientras tanto, María Herrera y sus hijos continúan buscando, continúan indagando dónde terminaron sus familiares y aquellos que desaparecieron, irónicamente, buscando a sus desaparecidos.