Debemos hablar de los millonarios robos de arte sacro en México
La mayoría de estos delitos suceden en pequeñas iglesias en poblados apartados de las capitales. En las iglesias mexicanas se encuentran joyas del arte sacro heredado de la conquista mexicana. Durante los quinientos años en que los españoles conquistaron México, se generaron piezas de valor para la iglesia que se han robado desde hace décadas. Para este siglo, el robo de arte sacro se ha elevado un 600%.
A diferencia del robo de arte en galerías o museos, el arte sacro ubicado en iglesias del país no está bien ubicado en un inventario general que pueda determinar qué piezas permanecen y cuáles han sido robadas en los últimos años. En silencio y sin registros sólidos, el robo de arte sacro ha operado ante la incapacidad de las autoridades por dar con los responsables.
El portal SinEmbargo informa que hay robos a 26 iglesias mexicanas cada día, una cifra que además de preocupante deja ver la incapacidad de las autoridades por resguardar el tesoro artístico de tres siglos. Desde retablos hasta estatuas, pasando por lienzos u objetos tallados, el robo de estas piezas parece no ser una alarma nacional, a pesar de que se pierde un testimonio histórico del arte mexicano.
Para cuidar estas obras coloniales solamente se cuenta con la protección y vigilancia de los párrocos y sacerdotes mexicanos. El gran problema, coinciden, es la falta de un inventario para saber realmente qué ha sido saqueado de las iglesias (muchas de ellas creadas entre el siglo XVI y XVIII). El inventario es complejo, después de ver que en el país hay 19 mil templos católicos.
El arte sacro es bastante cotizado entre las colecciones privadas en México y el extranjero. El director de una casa de subastas en el país asegura que las piezas de este arte virreinal pueden costar entre 700 mil y tres millones de pesos. Para ubicar los robos es necesario abrir un mapa sobre el sitio en donde más se realizó el arte sacro mexicano. Puebla es el principal estado que reporta robos de este arte, seguido de Tlaxcala, Estado de México, la capital mexicana, San Luis Potosí, Jalisco, Hidalgo, Guanajuato, entre otros.
Prácticamente los robos se concentran en el centro del país, en donde la iglesia católica siempre ha tenido más control y construcciones para el culto religioso. Recordemos que durante la conquista española en México, la religión católica era la única admitida, además de que se gobernaba según la ley religiosa. Es por esto que se destinaron tantos recursos económicos para imponer esta iglesia en el país, lo que resultó en las 19 mil construcciones católicas nacionales.
Pero no todo el robo es de esculturas o pinturas, también se sabe del saqueo a documentos valiosos, libros, crucifijos, coronas, cálices, campanas, sotanas, textiles, entre otras. Muchas de ellas terminan siendo decomisadas y regresadas a las iglesias, pero el resto se malvende en el mercado negro o termina en colecciones privadas de forma ilegal. Entre los artículos robados con más valor se encuentra la virgen de Guadalupe. Mucho de este arte termina en el extranjero, imposible de rastrear.
El robo de arte sacro en México se considera como no grave y las penas a los ladrones van desde uno hasta ocho años en prisión con posibilidad de fianza. Desde el lado judicial, no hay apertura para castigar estos robos masivos que pueden estar ligados a mafias bien organizadas que están consientes del valor de estas obras para venderlas a coleccionistas privados.