El 60% de los casos de abuso sexual a niños ocurre en casa | BREAKING

El 60% de los casos de abuso sexual a niños ocurre en casa

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El día de hoy se conmemora el Día Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil. En México se desconoce a ciencia cierta el número de menores de edad que han sido afectados por este delito. Lo que sí se sabe es que su comisión, lamentablemente, se da de forma usual en el hogar.

De acuerdo con información revelada por el Diagnóstico sobre el abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la niñez en México del Early Institute, el 60% de los casos de abuso sexual a menores se da en el hogar. Quienes cometen este delito son principalmente los padres, abuelos y otros familiares cercanos al menor. Siete de cada diez víctimas son niñas.

El caso de Samantha y su hija.

El caso de Samantha y su hija Claudia es uno de muchos casos que se presentan periódicamente en México. A pesar de que Samantha y su esposa se separaron cuando su hija apenas tenía nueve meses, él convivía con su hija frecuentemente. Su padre abuso de su hija sin que su madre lo supiera hasta tiempo después.

Cuando mi hija tenía tres años, me enteré de que había sido abusada sexualmente por mi exesposo.

Samantha cuenta que su hija se tocaba constantemente los genitales, se volvió berrinchuda, se enojaba por todo, temía a la oscuridad y apenas y podía dormir. Ella se dio cuenta de que su hija había sido abusada cuando en una ocasión, acostada, le puso su mano en sus genitales a lo que cuestionó a su hija al respecto y ella respondió que su papá le hacía eso.

En ese momento, pensé que ese comportamiento no era normal, comencé a preguntarle quién le hacía eso, y después verbalizó que fue su papá.

Claudia nunca volvió a ser la misma tras el abuso. Volvió a gatear, se empezó a chupar el dedo y dejó de comer. Hoy en día aún sufre los estragos del abuso al padecer de foliculosis por estrés emocional, dolores de rodilla sicosomáticos, problemas del sueño, dermatitis y tiene que asistir con un paidopsiquiatra para ser atendida.

El abusador está en casa.

De acuerdo al «Estudio de Percepción del Abuso Sexual Infantil en México 2016-2018» de la organización Guardianes, la primera persona en violentar a los menores son los padres, seguidos de los abuelos, los tíos y el resto de los familiares.

El Estudio apunta a que las personas consideran que los menores están en mayor riesgo que antes al incrementar del 34% al 55% en «todas partes», del 7% al 9% en el hogar. La percepción disminuyó en las escuelas del 32% al 22%.

Por otro lado, el informe publicado por Guardianes evidencia que la población no sólo considera la violación como abuso sexual. 73% de los encuestados cree que los tocamientos en los genitales también es abuso sexual, así como: 66% masturbarse frente a un niño, 51% desnudarse frente a él y finalmente, 66% ver pornografía infantil.

De acuerdo con Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México, en entrevista por El Universal mencionó que 8 de cada 10 casos de violencia sexual se dan en espacios dónde debería existir protección. Esto quiere decir que la mayoría de los abusos sexuales a menores se perpetran en casas, escuelas, iglesias y centro deportivos.

Los perpetradores son siempre personas conocidas, que tienen una relación de poder, de dominio sobre el niño o la niña, con mucha frecuencia padrastro, abuelo, los tíos o profesores.

El caso de Libertad y su hijo José

El hijo de Libertad, José, lleva ocho años en terapias y juzgados en búsqueda de la justicia. El padre de José abusó sexualmente de él cuando apenas tenía cinco años.

Libertad narra que todo comenzó en el momento en que ella y su exesposo se separaron. Su en ese entonces esposo, la había encerrado en la casa y decidió escapar. A pesar de lo ocurrido, decidió volver a acercarse a él con el fin de que su hijo pudiera convivir con su padre.

Un buen día mi hijo regresó de un fin de semana largo y me narró algo que yo no imaginaba que le podría suceder a un niño varón. Me platicó que había estado jugando con su papá con sus penes, me narró lo que eso había significado. No me permitió revisarlo ni tocarlo, me decía que yo iba a castigar a su papá, que me iba a enojar.

Tras el abuso, José tuvo terrores nocturnos, se orinaba en la cama, su rendimiento escolar disminuyó, lloraba, tenía miedo de caminar por la calle, comía en exceso y estaba aterrorizado de ver a su papá.

El problema podría ser peor de lo que se cree.

Rosario Alfaro, directora de Guardianes apunta que lo más complicado del caso es que el abusador usualmente habita con el menor o son cercanos a él. Por otro lado, apuntó que, en el caso del maltrato, usualmente es la mamá.

Desgraciadamente, para el tema del abuso, el enemigo está en casa, porque la principal persona que maltrata a los niños es la mamá, y el principal agresor sexual de los menores de edad es el papá o la figura paterna, el padrastro. También vemos que hay otras personas que son las que más abusan de niños, como el abuelo, el tío, una persona muy cercana a la familia o el hermano mayor.

Mario Arroyo Jiménez del Early Institute apunta que el reto reside en cuantificar el alcance del abuso sexual infantil en México. Apunta a que es imperante poder llegar a una cifra exacta y llevar a cabo un registro de los abusos que actualmente no se lleva a cabo. Juan Martín Pérez García coincide y apunta a la existencia de una «cifra negra» desconocida por la sociedad lo que daría síntomas de que el problema es mucho mayor de lo que parece.

Ambos especialistas coincidieron que es determinante que se fortalezcan los lazos de comunicación y confianza con sus hijos a manera de poder ser alertados a tiempo cuando existan señales de abuso. Deben, además, estar alerta ante cualquier cambio en el comportamiento del menor o trastornos en el sueño.

A la espera de la justicia.

Las madres de ambos menores, José y Claudia siguen a la espera de que la justicia llegue. Apuntan a que uno de los principales problemas en estos casos es que las autoridades parecen darle mayor confianza al dicho del adulto precisamente por su edad. Los niños posteriormente son forzados a ver a sus abusadores a través de visitas supervisadas. Pérez García se refiere a esto de la siguiente manera.

Hay un principio jurídico, que termina siendo una forma de protección de los agresores: la víctima tiene que demostrar que el agresor estaba en tiempo, circunstancia y lugar. Esto significa que un niño pequeño, que no tiene necesariamente desarrollada toda la lógica espacio temporal, tendrá dificultades para saber si la agresión fue en la recámara, en la sala o si fue en la casa de otra persona, y también en el tema de temporalidad.

A ocho años de haber denunciado a su expareja, Libertad continúa luchando para obtener justicia para su hijo José. Aspira a enseñarle a su hijo que los delitos no deben quedar impunes, que vale la pena decir la verdad.

Lo que me interesa es que mi hijo sepa que vale la pena decir la verdad, que lo que le pasó no es cualquier cosa y que eso no se debe repetir ni en él ni en otros niños y que se recupere lo más pronto, que pueda tener una vida normal.


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