Ya se planea cómo sacar al Papa Francisco del Vaticano
El miércoles 22 de agosto, Carlo Maria Viganò, arzobispo y exnuncio en Washington, se presentó en la casa del periodista Marco Tosatti. Viganò buscaba hacer una denuncia contra la jerarquía eclesiástica, incluyendo al Papa, sobre cómo habían encubierto los abusos sexuales del cardenal Theodore McCarrick. El escándalo de Pensilvania aceleró su plan de descubrir esta información, un domingo mientras el Papa daba explicaciones a la prensa sobre esta noticia, se publicó la carta de 11 páginas donde Viganò acusaba al papa Francisco de conocer y encubrir los abusos sexuales.
Según información de El País, nadie en la historia había acusado a un Pontífice de encubrir abusos sexuales, además de exigir su dimisión. La carta también incluía nombres y apellidos de la jerarquía católica que estaban implicados en el caso. A pesar de que Viganò le había avisado al Papa sobre cómo McCarrick había abusado de un adolescente, el Papa no hizo nada al respecto hasta este verano cuando la noticia se publicó y le quitó el título de cardenal.
https://twitter.com/guillermofesser/status/1036860871753048067
El documento también culpa a Juan Pablo II, quien nombró a McCarrick cardenal a pesar de que ya había sospechas de que había cometido abusos sexuales. La iglesia católica de Estados Unidos es la más dañada y desde ahí se levanta una oposición al papado actual. Al menos 30 obispos, 24 en este país, ya han manifestado su adhesión a la denuncia, informó El País.
Buscan que se retire voluntariamente
Se ha hablado de que podría haber una conspiración en contra del papa Francisco, sin embargo otros consideran que esta teoría es ridícula. Por su parte, Alberto Melloni, experto en el Concilio Vaticano II, expresó que estos escándalos son el centro de una guerra política: «durante la campaña electoral de EE UU, el Papa dijo que quien levantaba muros no era cristiano. Y eso dio un terreno conjunto a la derecha americana y a la derecha fundamentalista europea. Dos mundos que buscan ahora una soldadura».
A pesar de la carta y de los ataques, no hay manera de juzgar al Papa, ya que la Santa Sede no es una democracia. Sin embargo, los ataques han aumentado en espera de que él mismo decida retirarse. «La carta ha caído como una bomba. Aunque no se hable mucho del tema públicamente, la gente se ha quedado helada, por supuesto. Viganò no es cualquier persona. Cuando pasó por la Secretaría de Estado y el Governatorio manejó enormes cantidades de información y no sería extraño que tuviera algún documento de aquella época».
En la rueda de prensa que dio el Papa después de la publicación de la carta, ni siquiera se refirió a ella. Su salida fue desacreditar el contenido de esta misiva. Aseguró que lo mejor que se puede hacer es «callar y rezar». «No sirve nada más, frente a quien provoca el escándalo y las divisiones, frente a los perros salvajes que buscan la guerra y no la paz». Sin embargo, esta oposición cada vez es más organizada y lo seguirán atacando.
Con información de El País.
