Padres e hijos separados por la política de “tolerancia cero” de Trump
Muy cerca de la frontera con México, en la ciudad de Brownsville en el estado de Texas, se encuentra ubicado un antiguo supermercado de Walmart, ahora convertido en un gran centro llamado Casa Padre, el cual en tan sólo poco tiempo ya ha acogido a mil 500 indocumentados menores de edad.
Estos han sido separados de sus padres, ya que fueron detenidos al momento de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, aunado a que no saben si serán expulsados del país o podrán permanecer, esto mientras esperan que su situación jurídica se resuelva.
Se han convertido en “víctimas” de la nueva política “tolerancia cero”, promovida por el gobierno del presidente Donald Trump. Mientras que desde hace dos meses la Fiscalía ha presentado cargos penales en contra de cualquier adulto que entre de forma ilegal al país.
Y quienes son detenidos son llevados a un centro, y si están acompañados de un menor, éste pasa a depender de Servicios Sociales, y los padres son reportados. Una cuestión que se ha convertido en algo habitual en la Unión América.
El albergue Casa Padre es un reflejo del drama de lo que se está viviendo en la frontera sur de Estados Unidos, lo cual ha hecho que esté cerca de su máxima capacidad.
Actualmente, tienen a su cuidado a mil 469 menores que comen y duermen en Casa Padre, quienes llegan luego de haber permanecido 72 horas en un centro policial, la mayoría de ellos son varones y tienen entre 10 y 17 años. Al menos un 70% llegaron completamente solos desde México.
Entre abril y mayo, mil 995 niños fueron separados de sus padres al tratar de entrar a las ciudades fronterizas, según datos de la agencia Associated Press.
De acuerdo con el periódico español El País, no existen antecedentes de una política parecida que haya dejado estragos a tales escalas. Sumado a que el gobierno está comenzando a quedarse sin recursos para atender a tantos inmigrantes, empezando por los traslados de los adultos a las prisiones.
Una cuestión que ha contemplado la alternativa de levantar campamentos masivos de bases militares.
En tanto que el pasado viernes 15 de junio, el presidente Trump volvió a decir que “odia” que padres e hijos sean separados, culpando falsamente a los demócratas de “forzarlo por ley». Cuando la realidad es que el gobierno está actuando unilateralmente.
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha catalogado las política del presidente estadounidense como una “serie de violaciones de los derechos de los niños”. Mientras que otras organizaciones de la sociedad civil han tratado de poner freno a los tribunales, aunado a que cada vez más surgen nuevas voces de denuncia.
Actualmente, el Gobierno norteamericano tiene bajo su custodia a 11 mil 151 menores inmigrantes que permanecen en un centenar de centros, cifras que han crecido en un 20% entre abril y mayo, aunque no se ha especificado cuántos han sido separados de sus padres.
En algunos casos, cuando los menores llegan a abandonar el centro es porque están bajo la custodia de algún pariente, o bien porque alguna familia los ha adoptado, esto mientras que se resuelve su situación jurídica en espera de saber si podrán o no quedarse en el país.
Sin embargo, el mismo departamento de Servicios Sociales ha reconocido que el pasado mes de abril le perdieron la pista a mil 500 niños, porque sus tutores dejaron de responder a las llamadas, una cuestión que sucede debido a que los familiares también son migrantes indocumentados.
Lee la investigación completa en El País