Monederos electrónicos de Soriana modificaron el voto del 6% de electores en 2012: Jesús Cantú
El 6 de diciembre se realizó la mesa titulada Clientelismo, compra y coacción de voto en la que se mostraron algunas de las principales maneras en que se coacciona o se compra el voto en México. El investigador del Tecnológico de Monterrey, Jesús Cantú, dio una entrevista el día de hoy en Aristegui Noticias donde explica cómo los monederos electrónicos de Soriana han incidido en las votaciones hasta en un 6%.
En encuestas poselectorales se les preguntó a las personas si habían recibido dinero, regalos o servicios para votar por algún candidato. Al menos un 14% respondió que sí. También se preguntó si en algún punto habían sentido presión de algún tipo para votar por alguien.
Uno de los estudios que dan cuenta de esta influencia es Abarrotes por votos. Estrategias clientelares en la elección de 2012 en México, realizada por Francisco Cantú. Según reporta Aristegui Noticias en dicho estudio se hace notar que: «En la elección de 2012 en el Estado de México y en la Ciudad de México se emitieron alrededor de 8 millones 200 mil votos, de los cuales 44 por ciento fue para Peña Nieto y 56 por ciento para AMLO, 12 puntos de diferencia, aquí a favor de AMLO; sin el efecto, una vez que quitaba este efecto de las tarjetas Soriana, la distribución del voto hubiera sido 41 por ciento para Peña Nieto y 59 por ciento para AMLO, 18 puntos de diferencia; es decir, de acuerdo con esto las tarjetas Soriana lograron tener un impacto, lograron reducir la diferencia en seis puntos porcentuales, no es una diferencia menor».
El académico destaca que en un seminario realizado en el Instituto Nacional Electoral se concluyó que al menos el 23% de los votantes han sido víctimas de compra o coacción para el voto, es decir, una quinta parte está siendo influida para que elijan a ciertos candidatos. La investigación de Cantú ha comprobado que en varias casillas ubicadas a menos de 2.5 kilómetros de distancia de un Soriana se registró alta movilización, es decir, la participación fue superior al promedio de votación.
El hecho de que se repartan monederos electrónicos en vez de efectivo es que se está transformando de una «apuesta» por el voto al pago por este mismo. Como dice Cantú, este cambio «está condicionado no solo a que tú cambies el sentido de tu voto sino que te preocupes de que tus vecinos también lo cambien para que efectivamente te puedan entregar ese dinero. Es muy perversa esta operación porque se focaliza entre los más necesitados, ya no es una apuesta sino un servicio”.
Además los delitos electorales de este tipo no solo incluyen la compra de votos, sino que muchas veces para darte la tarjeta te piden la credencial de elector a cambio, lo que puede permitir otros fraudes como abrir cuentas bancarias sin el conocimiento de la persona, lavado de dinero y desvío de recursos públicos, apuntó el académico.