A Duarte se le acusa solamente de dos cargos, hasta el momento
Se hizo famoso por desviar recursos públicos desde su primer día de mandato. Javier Duarte se fugó del país y ahora está detenido esperando juicios que no llegan. Todo esto se debe a que se están revisando los casos, lo que se ha extendido durante casi dos meses.
Mientras tanto, el exgobernador pasa el tiempo en un reclusorio que no es de máxima seguridad. Y es que a Duarte lo acusan dos partes: el gobierno federal y el estado de Veracruz. La fiscalía del estado lo acusó de haber desviado 220 millones de pesos y de usar un helicóptero oficial para escapar. Mientras tanto, el gobierno federal lo acusa por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada. Hasta el momento, sólo enfrenta los dos últimos cargos.
Lo que pasa es que los abogados del veracruzano lo han defendido bien y han argumentado que hubo varias irregularidades en el proceso que la fiscalía armó en su contra. Ante tales acusaciones, un tribunal federal ha tenido que revisar a fondo los expedientes para corroborar estas acusaciones. Para saber si hubo o no irregularidad, el proceso ha tardado demasiado.
Se trata del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México, que inició en agosto pasado una revisión del caso. Sin embargo, a Duarte aún le quedan encima las acusaciones de lavado de dinero y delincuencia organizada emitidas por el gobierno federal.
Esto no significa que Duarte se haya salvado de los delitos de desvío de fondos en Veracruz y uso indebido de helicópteros oficiales para escapar primero a Coatzacoalcos y luego a Guatemala, en donde fue apresado el pasado 27 de junio, en lo que se convirtió en uno de los escándalos mediáticos más sonados en la última década. Esposado y con una sonrisa, Duarte aseguró que las acusaciones en su contra eran “ridículas y sin sustento”. Incluso llegó a declarar que hay acusaciones más fuertes que podrían hacerle.
Mientras el tribunal continúa revisando el caso, los jueces en Veracruz no pueden programar ni citar a las audiencias iniciales por los dos casos que hay en su contra. Esto hace que Duarte permanezca en el Reclusorio Norte en la Ciudad de México, en donde, dentro de sus excentricidades, decidió iniciar una huelga de hambre para velar por algunos colaboradores suyos detenidos.
La huelga duró unos quince días mientras se descubrió que Duarte seguía comiendo regularmente y alegara problemas de salud que consistían en leves mareos y la pérdida de algunos kilos de peso. La idea es dejarlo ahí, según los jueces federales, ya que algunos fiscales han solicitado se le traslade a un penal de máxima seguridad en Morelos o a alguna prisión veracruzana.
Para hacer tiempo, la defensa de Duarte ha menospreciado ciertas acusaciones, afirmando que utilizar helicópteros oficiales para viajes privados no representa un delito. “Si viajar fuera delito”, dijeron, “Yunes (actual gobernador de Veracruz) ya lo ha cometido entonces”. Informando que Duarte prestó naves oficiales a Yunes y su hijo en el 2002 para viajes privados.
Así que, hasta este momento, Duarte solamente enfrenta dos cargos en su contra. Nada sobre los 220 millones de pesos que se desviaron en su gubernatura.
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