Memorándum confirma como Videgaray favoreció a China en la licitación del tren México-Querétaro
La participación de Luis Videgaray en la adjudicación directa del fallido proyecto del tren rápido México Querétaro a empresarios chinos, ya ha sido confirmada gracias a un documento que firmaron China y México, en San Petersburgo, Rusia, en 2013, para conformar un grupo de trabajo de alto nivel, que le otorgaría a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de aquel país, en titularidad de Xu Shaoshi, once meses de ventaja en la convocatoria del proyecto.
El documento ha sido revelado en su totalidad el día de hoy por el medio noticioso Aristegui Noticias, y subraya la participación directa de Videgaray, entonces secretario de Hacienda, en los intereses de China para participar en proyectos de infraestructura en México, pero con amplias facilidades… mismas que le otorgaron casi de forma directa la victoria en la licitación.
A inicios de febrero pasado reportamos cómo Videgaray había orquestado toda la ilegalidad detrás del fallido proyecto; la información más reciente confirma que el cuatro de septiembre de 2013, se firmó un Memorándum de entendimiento, que buscaría crear un grupo de trabajo de alto nivel, cuyo objetivo principal sería sentar las bases de colaboración económica entre ambos países.
En su momento, presidencia comunicó que el memorando tenía como objetivo crear ese grupo de alto nivel, y que estaría conformado por los secretarios de estado de ambos países: Videgaray representando a México, como secretario de Hacienda, y Xu Shaoshi representando a China, como titular de la Comisión Nacional de Desarrollo.
En realidad, el objetivo principal de ese grupo de trabajo era asegurar que China ganara la licitación. En su artículo sexto, se puede leer que el compromiso de Videgaray estaría en “identificar y promover los temas de mayor relevancia en la cooperación bilateral en materia de inversión”, y además “orientar, apoyar, y dar seguimiento a todos los proyectos que se derivaran de la firma”.
Casi un año después, el 25 de julio de 2014, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) publicó las pre bases de la licitación del tren, y el 15 de agosto de ese año lanzó abiertamente el concurso. Para esa fecha, los chinos ya habían comisionado a dos empresas la planificación y diseño del proyecto (lo hicieron desde el 20 de marzo de 2014); y para el 5 de agosto se reunieron con el presidente para “promover asociaciones estratégicas entre empresas chinas y mexicanas”.
Esto quiere decir que, para el inicio de la convocatoria, los chinos llevaban once meses de ventaja al resto de las compañías que participaron el concurso; trece de todas ellas, incluso, reclamaron que el tiempo otorgado por la SCT era insuficiente.
Incluso, el representante de la francesa Alstom, Alfredo Rodríguez Villasana, dijo a la SCT que: “considerando el tipo, magnitud y complejidad de la licitación, se solicita se otorgue una extensión de plazo de entrega de ofertas de seis meses adicionales”; prácticamente todas las compañías lo hicieron pues consideraban que, de no hacerlo, los proyectos presentados tendrían deficiencias.
De este modo el grupo de trabajo del alto nivel se las ingenio para dejar afuera a Alstom, de Francia; Bombardier, de Canadá; Teixeira, de Portugal; CAF, de España; e incluso a las mexicanas PCZ Construcciones, Comsa, Nacele, e ICA, que pidieron prórrogas de entre 30 días y ocho meses.
La investigación para Aristegui de Sebastián Barragán, recogió incluso la postura de Siemens al respecto; su representante Erick Antonio Preciado, cuestionó lo siguiente: “la licitación debería permitir un plazo de entre 6 a 8 meses para preparar las ofertas, sin ello sería prácticamente imposible preparar propuestas serias y solventes y/o se reduciría fuertemente el posible número de concursantes. Por lo tanto, la competitividad y transparencia del proceso de licitación se verían seriamente afectados”.
El nueve de noviembre de ese año se reveló el magno reportaje La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, cuyo escándalo de corrupción escaló tanto, que reveló no sólo el involucramiento de Peña y Videgaray en la compra de casas a la Constructora Teya, sino un posible conflicto de interés en el proyecto del tren, que habían ya ganado los chinos, en consorcio con las mexicanas Constructora y Edificadora GIA, Prodemex, GHP Infraestructura Mexicana y Constructora Teya.
Documento revela cooperación plena de @LVidegaray con proyectos chinoshttps://t.co/ljucRUAd4G
— Sebastián Barragán (@Sebvnhp) March 4, 2018
Como sabemos, el proyecto se canceló, con nefandas consecuencias para el gobierno mexicano: los chinos reclamaron que la cancelación y la posterior convocatoria se hicieron sin haber seguido los debidos procesos de transparencia, y reclamó el pago de 600 millones de dólares como indemnización.
La posterior investigación de Virgilio Andrade, nombrado Secretario de la Función pública ex professo por Peña Nieto, descartó que Videgaray hubiera tenido algo que ver en la dirección de los intereses de empresarios chinos. Su participación en el Grupo de Trabajo de Alto Nivel, sin embargo, no es mencionada a lo largo de su carpeta de más de 60,000 páginas.