PAN, PRI y PRD presentan una nueva reforma educativa
Han pasado ya varios años desde que el gobierno peñista prometió cambiar radicalmente la educación en México. Después de que Aurelio Nuño se vendiera como el gran transformador educativo de la era moderna, los conflictos magisteriales, la mala aplicación de recursos y exámenes poco prácticos derivaron en una debacle de la estrategia original. Ahora con el nuevo gobierno de izquierda, se pretende borrar todo rastro de la reforma educativa peñista.
López Obrador señaló la cancelación de esta reforma frente a Enrique Peña y todo su gabinete. Se trata entonces de uno de los temas más importantes para el nuevo gobierno y ya se acerca la fecha para conocer y discutir el plan del tabasqueño para renovar la educación mexicana. Preparando escenarios de conflicto, las partidos opositores ya se adelantaron y están presentando una nueva reforma educativa trabajada en conjunto por el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Recordemos que el gobierno obradorista rápidamente anunció la desaparición del polémico Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el gran apartado federal para aplicar forzosamente exámenes a los maestros del país. Justo fue este instituto el que más provocó molestia en los sindicatos nacionales y de donde se sacaron los primeros grandes castigos a los que se negaron a participar. Para el gobierno de Enrique Peña, los maestros que no hicieran sus evaluaciones docentes eran rápidamente despedidos.
La nueva propuesta educativa de los partidos opositores solicita también una reforma que se base en la evaluación constante al profesorado mexicano. Para el PRI, partido que realizó la primera reforma educativa, no existe otra opción más que hacerles exámenes a cada profesor del país. Esta medida ya la habían avalado en el pasado el PRD y el PAN, por lo que ahora han ofrecido lo mismo pero con otro nombre: un Centro Nacional para la Mejora Continua de la Educación.
Además, estos partidos presentaron una iniciativa para reformar nuevamente tres artículos de la constitución mexicana. El tercero, en donde se garantice la autonomía universitaria; el 31, en donde se daría prioridad a la educación inicial en los niños y el 73, que básicamente busca más evaluaciones y exámenes a maestros mexicanos. Esta es precisamente la cláusula que la CNTE y otros sindicatos magisteriales pretenden frenar desde hace años.
Para generar este intento de reforma educativa, los cuatro partidos políticos aseguran que tuvieron las recomendaciones y evaluaciones de distintas organizaciones civiles. Además, presumen tener la valía de especialistas en temas educativos, por lo que trabajarán en conjunto para frenar la reforma educativa obradorista y pretenden insertar la suya a base de músculo legislativo. Al igual que la reforma peñista, esta iniciativa se enfoca bastante en el maestro, más que en el alumno.
Esta propuesta busca torcer la intención de López Obrador por garantizar acceso a la universidad a todo aquel joven mexicano que lo solicite. Para la UNAM, el IPN y otros centros educativos, los exámenes de admisión son necesarios para evitar que se generen sobrecupos en las aulas y las matrículas. Por lo que la reforma educativa presentada por la oposición garantizaría toda la autonomía universitaria que solicitan los rectores.