Había una bomba de la Revolución Mexicana en las obras de Texcoco
En las entrañas del ahora cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México, yacía una bomba Cooper de 20 libras con 100 años de antigüedad. El artefacto estuvo a punto de quedar sepultado por toneladas de tezontle, basalto y concreto, sin embargo, logró ser rescatada. La bomba tuvo que ser detonada por la Defensa por su inestabilidad.
Una bomba en el NAIM.
El explosivo fue hallado por trabajadores de una empresa constructora que laboraba en el aeropuerto el 12 de agosto de 2017. El hallazgo se dio cuando excavaban los terrenos del NAIM para construir la losa de cimentación, sobre los cuales se erigiría el edificio terminal. Lo anterior se supo gracias a las investigaciones realizadas por el medio Aristegui Noticias al extinto Comisionado Nacional de Seguridad (CNS).
Los reportes indican que, debido a la incertidumbre en torno a la bomba, fue necesaria la intervención de la Secretaría de la Defensa Nacional para determinar qué tan antigua era y cómo debía ser manejada. El problema estaba en que la Defensa únicamente cuenta con tres expertos para identificar explosivos con tal antigüedad.
En un primer momento, no se pudo determinar qué tipo de artefacto explosivo era, por lo que se clasificó a la situación como de alta peligrosidad al desconocerse el método adecuado para desactivar el explosivo. En total tres grupos intentaron determinar de qué tipo de explosivo se trataba, ninguno pudo hacerlo adecuadamente. Por lo que decidieron recurrir a un experto.
Durante 56 horas los cuerpos de seguridad se mantuvieron en alerta ante cualquier situación, hasta que uno de los expertos pudo arribar al lugar, verificarla, manipularla y posteriormente explotarla. La bomba estalló finalmente a las 20:15 de la noche del 14 de agosto, sin que hubiera afectaciones mayores ni al lugar ni a los trabajadores. Alrededor de la zona se había colocado un perímetro de 50 metros.
Terminaron por detonarla.
Fue un Coronel de la Fuerza Aérea, especializado en armamento de aviación quién despejó las dudas sobre el artefacto. Él determinó que se trataba de un explosivo carente de estabilidad, por lo que determinó que lo mejor sería destruirla en el sitio, a fin de evitar mayores daños.
En su dictamen también mencionó que se trataba de una bomba Cooper de «alto explosivo», de acuerdo con la clasificación de la Armada Británica. La bomba tiene un rango de detonación de 70 metros cuadrados y es activada a través de una espoleta en su nariz. Este tipo de artefactos fueron principalmente utilizados durante la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Española.
El coronel determinó que, a pesar de ser un activo histórico, la bomba no contaba con la garantía de que sus mecanismos operasen correctamente, pudiendo explotar en cualquier momento. «No existe garantía de que los mecanismos de seguridad operen correctamente, corriendo el riesgo de activar la espoleta del artefacto con movimientos involuntarios».
A pesar de que se consideró que lo mejor era explotarla en el lugar, aun así, los militares la tuvieron que desenterrar, colocarla en una caja de madera y trasladarla a otro lugar, dónde hubiera las condiciones adecuadas para explotarla. La bomba pudo haber tenido más de 100 años de antigüedad.
Para su detonación, la Sedena excavó un pozo de un metro de largo, 70 centímetros de ancho y 70 de profundidad. De esta manera se minimizaban los riesgos para el personal militar y las fuerzas de seguridad presentes en el lugar. Fue detonado a través de lo que se denomina «una carga externa», es decir, otra bomba, manejada a distancia. Esta contenía una «carga hueca», que permite perforar el blindaje de la bomba y detonarla.
La bomba Cooper.
La bomba Cooper fue desarrollada durante el apogeo de la Primera Guerra Mundial por la empresa Cooper Bearings, el nombre especifico de esta bomba, es Bomba Cooper HE (High Explosive) de 20 libras MK. Su nombre lo recibe de su creador, Thomas Cooper, quien la patentó en 1916.
Su uso se dio principalmente durante la Primera Guerra Mundial, lo que ocasionó, que de alguna manera, Estados Unidos terminara adoptándolas, pues este era un aliado de la Gran Bretaña. Estados Unidos terminó por construir una réplica de estas, sólo que ahí, eran fabricadas por John Alcorn, lo único que variaba era el color.
La bomba fue utilizada en innumerables batallas, como el asedio de Guernica en la Guerra Civil Española. Sobre su llegada a México, de los únicos periodos históricos dónde hubo guerra aérea, fue durante la Revolución Mexicana y los diversos combates post-revolucionarios. Se descarta por completo que tenga que ver con el escuadrón 201 de la Segunda Guerra Mundial, enviado por México, pues este fue equipado, y enviado desde bases estadounidenses.